Gregorio
Aráoz de
Lamadrid:
Hombre de no
siempre claras
intenciones,
este general
tucumano de
46 años, era
también legen-
dario por su
valor en la
batalla. Había
sido hombre
de Rosas pero
se pasó a la
causa unitaria,
combatiendo
junto al gene-
ral Juan
Lavalle.
José Félix
Aldao
brigadier
general y
gobernador
de
Mendoza,
jefe del
Ejército
Combinado
de Cuyo.
Ex fraile, a
los 56 años
era uno de
los más
prestigio-
sos
militares
federales.
Revoluciones y crímenes políticos en San Juan
Juan Carlos Bataller
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La guerra estalla en Cuyo
Sí, la guerra civil estaba acá, en Cuyo.
Los unitarios estaban dispuestos a dar la gran batalla, con los generales
Mariano Acha y
Lamadrid.
Cuyo era federal, con Nazario Benavides gobernador de San Juan y José Felix Aldao en Mendoza.
Benavides volvía del norte, a marcha forzada, tras liquidar las fuerzas del riojano Brizuela. Venía
perseguido por el ejército del general Lamadrid.
Era el 7 de agosto de 1841.
Desde La Rioja enfiló para San Juan por el camino de Ischigualasto, tras abastecerse de 300 caba-
llos.
Pero no llegaría a la ciudad.
En el lugar conocido como Potrero de Daniel
Marcó, en Albardón, lindando con el paraje anga-
quero de Punta del
Monte, acampó.
A todo esto, una columna avanzada del ejército de Lamadrid, comandada por el general
Mariano
Acha, había llegado a Caucete tras dar un rodeo por el sur riojano.
Venía seguida por Aldao y San Juan se había constituido en una plaza clave.
Desde Caucete y sin cruzar el rio,
Acha lanzó un ultimátum al comandante de la plaza de San
Juan, coronel Oyuela:
“Rendición o guerra”.
Acha toma San Juan
¡Qué arrojo el de Acha!
Estaba acá, con un ejército que era cinco veces inferior en número.
En una geografía que no había pisado nunca.
Y en territorio enemigo, donde eran pocas las puertas que se le abrirían de no ser por el temor.
Pero acá estaba, con sus poco 200 hombres mal equipados, cansados de batallas, sabiéndose parte
de una causa que llevaba las de perder.
Y el día 13 entró en ese San Juan de casas chatas, de polvorientas calles sin árboles, de puertas y
ventanas que se cerraban al ver pasar aquellos hombres que venían vaya a saber de dónde.
Mariano
Acha,
41
años, valeroso
general unita-
rio, llevaba
casi 20 años
combatiendo.
En la historia
se lo recorda-
ba por haber
entregado a
Lavalle al
general
Dorrego,
sabiendo el fin
que esperaba
al entonces
gobernador de
Buenos Aires.
Nazario
Benavidez,
gobernador
de San Juan.
Leal a Rosas
pero inde-
pendiente de
este en el
gobierno de
la provincia.
Tenía 39
años y era el
segundo jefe
del ejército
cuyano.
Principales protagonistas