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Alejandra Araya
si tengo el permiso, puedo ayudarte a llevar y traer a mis hermanos de
sus actividades o a la abuela cuando tenga que hacer un trámite.
-Más prometedor que político en campaña. Dijo la madre.
-Preferible que llore un chico, que si llora un grande, es porque pasó
una desgracia. Agregó la abuela.
-Pa, esto es cosa de hombres. No te dejés influenciar por el cupo fe-
menino. Jajajaja.
Acto 2
Tatiana estaba cansada de tomarse 4 colectivos por día y viajar asar-
dinada hasta Sociales. La inesperada frenada del chofer y su caída arriba
de una señora mayor terminó de decidirla: se compraría la motito que
tanto necesitaba. Con su dni, el recibo de sueldo, cuotas fijas y en pesos,
todo solucionado. Ahora que había conseguido una changuita de medio
día, podía darse el gusto.
Ese sábado por la mañana, su hermana Daniela le pidió que la acer-
cara hasta la ruta para tomarse el colectivo a Media Agua.
-Tati, no llego a la terminal. ¡Me quedé dormida!
-No, Dani. Dejame dormir. Andate caminando.
-Pero si es hasta allí nomás. Dale, dale que pierdo el colectivo. Me
esperan a almorzar, Tati. Dale, dale, en un toque me llevás a la ruta. ¡No
llego a la terminal!
Acto 3
-El operativo de alcoholemia es al oeste, zona estratégica de boliches.
Fue la orden que dio el superior a los agentes policiales por radio.
Facundo había ido a bailar a una fiesta en Pocito. 7 de la mañana.
Ruta 40, Autódromo Eduardo Copello. Quinta a fondo en el auto de su
padre. Ni un radar que detecte la velocidad. Tatiana y Daniela en la
moto, ataúd de lujo.
Los protagonistas no faltaron al último acto de la tragedia. ¿El des-
tino? ¿La irresponsabilidad? ¿Las faltas y falencias? Tatiana, Daniela y
Facundo nunca se conocieron.
Con lágrimas rojas, la calle llora las jóvenes humanidades deshechas
y desperdigadas por el asfalto y la banquina. Mientras todos, anestesia-
dos, vemos la foto y leemos en el diario: Fatal accidente en Ruta 40 y
calle 11 se cobra 3 víctimas.