90
Miradas
ofender a nadie. Dijo López.
-Hacés bien tu trabajo de chupa p… (Rodríguez lanzó una carcajada)
¡Mi diario está recortado!
-Seguro fue mi hijo, Jefe. Mil perdones. Se excusó López quien había
aplicado la estrategia-tijera sabiendo que la noticia incomodaría a Ro-
dríguez.
-Che, López, el Ministro me trató de huevón.
-¿¡Por qué!?
-Y… dice que encaré mal la Licitación, que me apuré, que él no me
había dado el ok.
-Ud hizo bien las cosas, respetó el pliego. Sinceramente, yo no creo…
-Dale, mentime que me gusta. (Rodríguez reía)
-De verdad, Jefe, ud hizo bien las cosas. Me parece que le tienen en-
vidia…
-Che, mandale un jamón al Ministro que hoy cumpleaños y cancelá
la conferencia de prensa.
-¡¿Cancelarla?! Jefe, los periodistas…No es conveniente…Ud sabe…
El Jefe hablaba por celular. López lo agradeció en silencio. Así no
pudo advertir su tono de desaprobación.
López no sabía si el fútbol se jugaba con una pelota ovalada o re-
donda. Sin embargo, cuando River descendió a la B, había sacado la foto
que el Jefe tenía con Francescoli. Y el ascenso de Sportivo fue festejado
con pancartas y banderas blanquiverdes.
A eso de las 10.30hs, se fue al café de la España. Esa mañana no pudo
terminarlo porque la secretaria del Jefe lo llamó.
-¿Adónde te metiste? ¡Está que bufa!
Rodríguez ya había empezado la reunión con dos extranjeros des-
conocido especialistas del área que mostraban planos y un video en 3D
de la obra. López entró y escuchó a los modistos del rey trasmutados
en inversores del sistema vendiendo el nuevo vestido mágico.
López dudó. Por un instante creyó ver a su Jefe desnudo. Recordó a
De la Nata y ese ¡Infeliiiiz! antológico que sólo Gianni Lunadei inter-
pretaba con maestría. Rodríguez miró inquisidor a López preguntán-
dole:
-¿Y? ¿Qué te parece?
Respiró profundo y respondió:
-¡Es una obra de arte!