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Miradas
-Me pegué con la ventana.
-No fueron al bautismo. Claro, el Julito viene cansado del remís. Vos
tenés que entenderlo, el padre era igual, medio nervioso, se alteraba por
cualquier cosa. Que en paz descanse. Menos mal que se murió. Sufría
mucho por los celos.
-¿Y de qué murió? Julio no habla de ese tema.
-Una noche llegó tarde y empezó a patear las puertas, a tirar lo que
encontraba. ¡Estaba muy violento! El Julito y la hermana lloraban en la
pieza. Nunca me puso un dedo encima, eh? Yo le dije susurrando que
se metiera a la bañera para que se relajara. No vas a creer. La estufa,
todo por la estufa eléctrica.
-¿Qué pasó, Ema?
-¡Le dio la corriente con la estufa eléctrica que se le cayó adentro del
agua!
-Pero, ¿estaba colgada? ¿Cómo se cayó?
-¡Una desgracia!
Los años pasan igual que los colectivos. Algunas veces llenos, otras,
vacíos.
-¿Adónde vas a ir? Cuestionó Julio con su vozarrón.
-Es el cumple de mi amiga Claudia. Hace una mateada en su casa.
Los chicos se quedan con tu mamá. Son un par de horas, Julio.
(Dicen que soy aburrido porque no me gusta que tengas amigos)
-Se juntan a hablar de hombres. La tengo re junada a la Claudita esa.
¿No te dije que se tiró un lance conmigo cuando éramos jóvenes? ¡Flor
de píldora, tu amiguita!
De regreso del cumple, el escándalo fue un kilo de bifes. Los vecinos
estuvieron a punto de llamar a la policía.
-¡Estos matrimonios modernos! Hay que aguantar un poco, m´hija.
Le decía Ema a su nuera mientras le ponía alcohol en las heridas.
Al día siguiente, Julio le regaló flores y la invitó a cenar. Cuando él
adoptó como rington: Si te agarro con otro te mato, el ojal de Irma se
cerró, el collar se rompió, la ficha le cayó, su corazón se decidió. La ba-
ñera de su suegra no usó. Con la fuerza del ¡Basta! al 08006666351-Línea
Rosa llamó. Y rosín rosado este cuento donde no hay príncipe encantado
se acabó.
