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Alejandra Araya
nuevos. Tenía una colección de ellos y siempre buscaba alguno distinto. Se pre-
sentaron ante él y su corte un par de supuestos sastres ofreciéndole uno hecho
con una tela tan magnífica que sólo verían aquellos que le eran fieles.
Dicho esto, el rey les dio la orden de que se pusieran a trabajar rápidamente
en ese vestuario que le permitiría detectar a traidores. En una pieza destinada
especialmente para los modistos engañadores, cocían la famosa tela mágica e
invisible.
Cuando la terminaron, se la probaron al rey que miró inquisidor a su corte,
preguntándoles:
-¿Y? ¿Qué os parece?
Y aunque nadie veía nada porque la tela no existía, uno dijo:
-¡Os queda bellísima!
-¡Qué terminaciones tan delicadas! Agregó otro.
-¡Es una obra de arte! Sostuvieron todos a coro. Sin animarse a decirle al
rey la verdad.
Los estafadores exigieron su paga y se largaron del reino. Ese día se realizó
un desfile para ver el famoso traje nuevo del rey. El pueblo estaba sorprendido:
su monarca se paseaba en cueros. Nadie abrió la boca. Hasta que…
-¿Qué pasó, papi? Preguntó ansioso Leandro.
-
Un niño como vos dijo asombrado: ¡El rey está desnudo! Todos se dieron
cuenta del engaño y rieron el día entero. Menos el rey que al darse cuenta del
engaño despidió a su corte y abdicó su corona. Y colorín colorado este cuento
ha terminado”
-Ya sé, te pregunto mañana.
-¡Exacto! Ahora a dormir. López lo besó en la frente y apagó la luz.
Aunque se había quedado dormido, López tenía que comprar las
tortitas de confitería “El Águila” para Rodríguez, su Jefe. Estacionó en
doble fila. Las quejas de Leandro y de su mujer no pudieron con el ri-
tual. Doloroso aprendizaje, su trabajo anterior. Y aunque en su curricu-
lum puso que había renunciado, todos sabían que lo habían echado.
-Es igualito a De la Nata, el personaje de Gianni Lunadei en Mesa
de Noticias. ¿Te acordás?
-“Le pertenezco, mi benémerito Sr. Director”
-López, versión corregida y aumentada.
Los empleados subalternos se callaron porque llegaba con el diario
y el paquete mañanero.
-Muy bueno el discurso de ayer, Jefe. Dijo lo que tenía que decir sin