103 - B
cia en su cuidado) una violación poco considerada de los derechos hu-
manos.
— Es previsible que dentro de cinco lustros deberemos enfrentar
abiertamente plagas modernas como las adicciones, los problemas
mentales (o seniles), las depresiones, etc. ¿Estamos preparándonos en
ese sentido? ¿Qué deberíamos hacer como Estado y como sociedad?
— Dos factores principales determinan la situación actual de la Salud
Mental en nuestra sociedad: primero la sensación de enfermedad con-
tagiosa que debe ser excluida, encerrada, ocultada, discriminada. Se-
gundo la falta de recursos, de acuerdo a datos de la Organización
Mundial de la Salud 30% de los países no tienen asignación específica
de recursos para esta área y de los que si tienen, 20% gastan sólo el 1%
del presupuesto en Salud Mental. En nuestro país el acceso a la preven-
ción, el cuidado y tratamiento de estas enfermedades sólo está reservado
a ciertos segmentos de la población. Esta situación agrava a los enfermos
y así “contagia” dolencias similares a sus familiares. Uno de los segmen-
tos más vulnerables de la población cuya situación mejorará en la me-
dida en que avance nuestra concepción de los derechos humanos, las
instituciones psiquiátricas en los países menos desarrollados histórica-
mente han sido escenario de las más aberrantes y toleradas vejaciones.
Deberíamos entonces comenzar por las dos principales barreras: cam-
pañas que mejoren nuestra actitudes, amplíen nuestra conciencia contra
la discriminación y formar personal capacitado para el reconocimiento
temprano de estas enfermedades y el tratamiento en la comunidad siem-
pre que sea posible, no en instituciones cuasicarcelarias.
—¿Es posible que en el futuro se produzca una apertura hacia otros
conceptos en el tratamiento de los enfermos? En ese sentido ¿deben
el Estado y las universidades trabajar sobre la base del monopolio de
conocimientos de la medicina occidental o deben promover una am-
plitud informativa?
— El modelo científico y tecnológico occidental ha sido aceptado como
sinónimo de abordaje moderno de la salud. El marketing de la enfer-
medad intenta convertir a todo ciudadano/a con poder adquisitivo en
cliente del sistema de salud. La menopausia por ejemplo pasó de ser
una etapa de la vida a una carencia, una deficiencia de estrógenos que
obliga a todas las mujeres a buscar tratamiento, la terapia de reem-
plazo hormonal con estrógenos resultó más peligrosa que rejuvenece-
San Juan
2035