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más de 60 años está creciendo más rápido que cualquier otro grupo etá-
reo, como resultado de una mayor expectativa de vida y la disminución
de la tasa de fertilidad. En parte esto es un triunfo de la sociedad. El
gasto en salud aumenta con la edad pero se concentra en los últimos
dos años de vida, no importa qué tantos años tenga la persona. A me-
dida que se vive más es imprescindible asegurar que los años agregados
a la expectativa de vida sean saludables, de otro modo los costos rela-
cionados con la salud se volverán inmanejables. Los ancianos saludables
representan un recurso valioso para sus familias, comunidades y eco-
nomías. En los países centrales la creciente población de ancianos salu-
dables juegan un rol crítico transmitiendo sus experiencias y
conocimientos, haciendo trabajo voluntario, ayudando a sus familias en
el cuidado de sus miembros y aún participando de la fuerza laboral ren-
tada.
—Habló de ancianos saludables. ¿Cómo se logra?
—
La promoción de la salud y las actividades preventivas a lo largo de
la vida pueden impedir o postergar el comienzo de graves enfermeda-
des como las vasculares y cáncer. Nunca es demasiado tarde para pro-
mover cambios saludables, por ejemplo, el riesgo de muerte prematura
disminuye un 50% si alguien deja de fumar entre los 60 y 75 años. Por
otra parte ciertas enfermedades necesitan programas de detección ma-
siva y tratarse en etapas tempranas para minimizar sus consecuencias,
quienes padezcan procesos avanzados necesitarán de un cuidado de-
cente y apoyo. Que los ancianos tengan acceso a servicios de salud de
calidad y puedan costearlo es un muy difícil desafío.
—¿Por dónde hay que empezar?
—Es clave que más profesionales de la salud se entrenen en el diagnós-
tico y tratamiento de los denominados “cuatro gigantes” de la geriatría
(pérdida de la memoria, incontinencia, depresión y caídas) así como car-
diovasculares y cáncer que son frecuentes y puede prevenirse y tratarse
mejor si se detectan precozmente. Solo a modo de ejemplo en Australia
el costo promedio relacionado con cada caída en mayores de 65 años
entre 2001 y 2002 fue de 3.611 dólares. Una de las prioridades es avanzar
en hogares y ciudades amigables para personas con movilidad dismi-
nuida para prevenir caídas. Es un grupo vulnerable, la Organización
Mundial de la Salud estima que entre 4 y 6% de los ancianos ha sufrido
de abuso (físico, psicológico, emocional, financiero o debido a negligen-
Juan Carlos Bataller