Qué fue de ellos
Juan Luis Sarmiento
El vicegobernador, tras el juicio político, fue destituido en la sesión del 4 de abril, declarándoselo "inha-
bil para ejercer ningun cargo publico de honor o de confianza". Fue el primer juicio politico de la his-
toria provincial.
Anacleto Gil
No pudo reasumir su cargo de gobernador, aunque asistió al acto de traspaso del mando a Doncel e inau-
guración de la Casa de Gobierno.
Mese más tarde fue electo senador nacional para completar el perio-
do del asesinado Agustín Gómez. Permaneció diez años en el Senado Nacional. Su vida política entró
luego en un eclipse pronunciado. Falleció el 22 de marzo de 1939, a los 87 años, tras desempeñarse hasta
la ancianidad como rector del Colegio Nacional.
Carlos Doncel
Asumió como gobernador el 12 de mayo de 1884 y cumplió con su mandato de tres años. Fue senador
nacional y director del Banco Hipotecario Nacional. En 1896 fue electo nuevamente gobernador pero
renunció dos años más tarde para hacerse elegir senador nacional. Designado juez federal en 1809, falle-
ció el 17 de junio de 1910, a los 59 años.
Vicente Mallea
Se desempeñó como presidente del Senado a cargo del Poder Ejecutivo hasta el 12 de mayo, fecha en la
que asumió como vicegobernador completando el mandato en 1887. Fue luego ministro del gobernador
Federico Moreno y uno de los fundadores del Club Social, en1888. Falleció a los 46 años, el 27 de
diciembre de 1894.
Manuel
María Moreno
Tras este hecho,
Manuel
Moreno sale de escena en la política sanjuanina. Su nombre reaparece recién
en 1908 cuando el coronel Carlos Sarmiento, electo gobernador, lo designa su secretario privado.
Murió
el 21 de febrero de 1923, con 93 años. En los últimos años de su vida se desempeñó como encuaderna-
dor de decretos oficiales.
Domingo Morón
Se mantuvo por algunos años alejado de la política pero pronto se rebeló como un hombre capaz de ejer-
cer una dura oposición al gobierno y de mostrar dotes apreciables de conductor. Electo gobernador el 16
de enero de 1913, asumió el cargo el 12 de mayo de ese año.
Napoleón Burgoa
Estuvo un tiempo exiliado en Chile y al regresar, el general Roca lo hizo designar en un puesto en la
comisaría de la Cámara de Senadores de la Nación, donde se jubiló como empleado del Congreso.
Quedó en claro que no se trató de un hecho aislado sino de un movimiento revolucionario.
Al frente del movimiento estaba un comité que integraban varios de los principales dirigentes de la
oposición mezclados con elementos del oficialismo desplazados de la conducción provincial tras los
acuerdos que posibilitaron la elcción de Doncel y Mallea.
Ese comité lo integraban Domingo Morón, jefe de los liberales o mitristas, quien nueve años des-
pues sería gobernador de San Juan, Juan Manuel de la Presilla (ex ministro de Rosauro Doncel, quien
se alejó del grupo de los regeneradores al verse defraudado por no ser elegido diputado nacional),
Napoleón Burgoa,
Manuel
María Moreno y Pedro A. Garro, por los roquistas locales en disidencias
con las nuevas directivas del presidente y Juan E. Balaguer, por los seguidores de Bernardo de
Irigoyen.
El cantón principal de la revolución estuvo instalado en el domicilio de Emiliano Rosas, situado a
una cuadra del cuartel de San Clemente.
Entre los atacantes a la casa de Mallea estaban Clemente Cuello, un ex soldado de línea de apellido
Salinas, hijo del capataz de de la Presilla y José Carrizo, hermano de Santos Guayama, además del
cochero que murió de un infarto aquella noche.
Un grupo revoltoso había partido del comercio que poseía el senador Moreno, siguiendo un carro
propiedad del ex gobernador, conducido por Amador Valdez y otro del domicilio de Emiliano Rosas.
oUn tal
Marcos A. Rufino había entregado armas en la casa de Domingo Morón, ubicada en la
calle Laprida, entre General Acha y Mendoza, donde hoy está la Biblioteca Franklin.
Varios de los implicados habían huido de la provincia. Entre los detenidos figuraban los periodistas
del diario La Unión Nicanor y Alejandro Garramuño,
Manuel
Malla, Juan de Dios Aguilar, Vicente
Mercado, Ignacio Coria,
Manuel Castro,
Manuel José Diaz, Cayetano Espada, Juan de Dios
Maradona, Numa Benavidez y Melchor Barrionuevo.
En total se habían dictado ordenes de detención contra 26 personas.
El jefe del grupo que atacó el cuartel era el mayor Manuel Fernandez Oro, actuando como segundos
Elizondo y Gregorio Correa.
Una pena de muerte
Los participantes de la revuelta recibieron penas más de caracter moral que práctico.
El juez dicto orden de prision contra 25 personas pero hay constancia de una sola sentencia a pena
capital. Esta recayó en el ex soldado salinas, uno de los asaltantes de la casa de Mallea.
Los peces grandes, nunca pagan.
El caso tuvo gran repercución nacional
Los hechos de 1884 en San Juan, tuvieron gran repercución nacional.
Al extremo que una comisión de notables reunida en Nuenos Aires, de la que participaron más de cien
personas, invitó al pueblo de la Nación a realizar un acto solemne de protesta contra el bárbaro cri-
men.
Repasar la lista de los asistentes, da una idea del repudio generalizado que generó el hecho. Estaban
entre otros, Bartolomé Mitre, Guillermo Rawson, Santiago Cortinez, Vicente Fidel Lopez, Leandro N.
Alem, Nicolas Avellaneda, Lucio Vicente López, Tristan Achaval Rodriguez, José Maria Rosa,
Hipólito Irigoyen, Carlos Guido Spano, Roque Saenz Peña,
Marcial Quiroga, Nicanor Larrain,
Guillermo Hudson, etc.
Esta comisión dio a publicidad un documento que expresaba en su párrafo más significativo:
"El asesinato por causas politicas es un crimen atroz que debe ser execrado como arma de partido.
Jamas el asesinato es un delito puramente politico y los asesinos y sus instigadores y complices, deben
ser juzgados como reos de delito comun".
Sarmiento adhirió a la condena enviando un telegrama desde Valparaiso.
Revoluciones y crímenes políticos en San Juan
Juan Carlos Bataller
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