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JONES
Los Graffigna y los Del Bono estaban fami-
liarmente unidos.
Don Santiago se había casado con Catalina
Del Bono, hermana de Bartolomé y las dos
familias tenían una vinculación tan grande
que varios de los descendientes noviaban o se
habían casado entre ellos.
A
quella tarde de junio, día de la fun-
dación de San Juan, Graffigna y Del
Bono conversaban en el chalet de
don Santiago.
Había otros dos invitados, don
Germán
Wiedenbrug,
de origen alemán y don
Emilio
Langlois,
químico graduado en la
Universidad de París que inició sus labores
vitivinícolas en la provincia en 1896 y poseía
un complejo vitivinícola denominado “Las
Piedritas”, en Pocito, que era modelo en cuan-
to a tecnología y funcionalidad.
—¿Cómo anda su nuevo emprendimiento,
don Germán?—,
preguntó Santiago.
—Muy bien, creo que tiene gran futuro.
Estamos elaborando cuatro productos: el paté
fois gras, carne de cerdo en su jugo, pasta de
carne y pasta de jamón con tomates que
envasamos en latas y enviamos al mercado
nacional y al exterior con la marca “Evage”
—¿Qué cerdos está produciendo?
—Fundamentalmente Berkshire, que faena-
mos cuando llegan a los 120 kilos
—¿Con qué los alimenta?
—Preparamos un compuesto de maiz, cebada,
orujo, alfalfa molida y arveja que se secan
mecánicamente para que no fermenten y se
muelen.
—Todo lo producen ustedes...
—Efectivamente, don Santiago. En La
Germania estamos produciendo el maíz, la
cebada y la alfalfa y el orujo lo sacamos de la
bodega.
—¡Qué gran finca La Germania!
Don Germán sonrió. Realmente, La
Germania, una propiedad de dos mil
hectáreas, recostada sobre el cerro Pie de
Palo, en Angaco Sur, era el orgullo de este
fuerte empresario, dueño de la Bodega El
Globo –antiguamente llamada La Germania—
y con grandes intereses en Rosario.
—Don Santiago, si San Juan quiere crecer
debe agregar valor a su producción. Los
mercados están ávidos de productos y hoy
la tecnología está al alcance nuestro.
—Esto es lo que no entienden algunos empre-
sarios... Ellos quieren hacerse ricos produ-
ciendo uva y esperando que otros se las com-
pren...
—Fíjese lo que pasa con las pasas.
Mientras muchos productores siguen
secando en el piso, nosotros hemos traído
una maquinaria alemana que es la única
que hay en el país que en 24 horas le trans-
forma la uva en pasa y se la entrega abso-
lutamente limpia. Sólo con productos de
calidad podemos ganar mercados. Y eso
usted lo sabe bien...
—Así es amigo. Nuestro consumo es muy
escaso. Fíjese que cuando yo me inicié advertí
que no iba a hacer un gran negocio quedándo-
me en San Juan. Pero piense en las condicio-
nes de 1888, con las distancias enormes, las
dificultades para el transporte, los vinos que
por falta de pasteurización se avinagraban
inmediatamente. Vivíamos en plena época
colonial con los baldes y la pipa española.
Don Bartolomé Del Bono intervino:
—Poníamos arriba de las cubas un cajón
con una especie de zaranda. Allí se volcaba
la uva y se pisaba...
—A propósito –decía Graffigna—, hace
pocos años ha muerto en Italia, oscuro e igno-
rado, uno de los más destacados precursores
de nuestra industria: don Juan Cereceto...
Nadie ha dicho nada de este hombre y sin
embargo ¡cuánto le debe la provincia de San
Juan por su acción eficaz en la transforma-
ción tecnológica de la vitivinicultura!
—Doy fe de ello. Gracias a él y al ferroca-
rril pudimos llegar a los grandes mercados
con lo que se abrió un gran panorama... —
completaba Bartolomé.
—Por eso es que hoy vemos surgir todos los
días bodegas. En aquellos años hubiera queri-
do ver a muchos de los que hoy producen y
venden...
—Esto está creciendo muy rápido
–comentó
Del Bono—
pero seguimos con nuestras
limitaciones.
—Nuestra limitación es el agua –agregó
Graffigna— y al respecto creo que debemos
andar con pies de plomo. Mientras no se apro-
Viene de pág. anterior.
El chalet Del Bono, hoy sede de Ausonia, inaugurado en 1908. Fue construido por
don Bartolomé Del Bono y se transformó en centro de la vida social de la familia.
El chalet Graffigna en una imagen actual. Se trajeron muchos materiales de Italia
para su construcción. La vivienda se levantó muy cerca de la bodega.