JONES
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De levita y chistera llega Carlés y los
partidos se preparan para las elecciones
I
mpecablemente trajeado de levita y chiste-
ra llegó a San Juan el 16 de diciembre el
nuevo interventor, Manuel Carlés
Algunos de los miembros que acompañaron a
Carlés en su gestión eran marinos, como el
Capitán de Navío Jorge Jalour; el Capitán de
Fragata Horacio Esquivel. Esto no era una mera
casualidad, se les buscó precisamente para
hacer ver a todos que se actuaría con ecuanimi-
dad, ya que por ese entonces las fuerzas arma-
das no evidenciaban su intervención en las
luchas políticas, como en los sucesos de 1930.
Los partidos políticos estaban ya trabajando con
vistas a las elecciones.
Los jonistas tenían algo muy claro: No podrí-
an triunfar sin el apoyo del oficialismo o con el
aporte de otra agrupación política local.
Enviaron un petitorio al presidente de la Nación
y al Congreso solicitando la prórroga de las
elecciones para después de enero. Alegaban que
el gobernador electo tendría que esperar para
asumir, hasta el 9 de julio, fecha en que expira-
ba el período comenzado por Jones y agrega-
ban:
La convención bloquista se reunió el 21 de
diciembre, después de llegar Carlés, para apro-
bar la plataforma y elegir los candidatos.
La plataforma fue redactada en noviembre por
una comisión compuesta por: Belisario
Albarracín, Juan Estrella, Pedro Gil Yanzón,
Gregorio Yakín y Matías Sugasti. Aldo Cantoni
tuvo una actuación destacada, aunque no forma-
ba parte de la comisión.
Un punto fue clave en la propuesta. Dejaron
sentado que darían la amnistía a los presos
políticos si llegaban al gobierno.
La Convención presidida por Juan Estrella y
con la presencia de treinta y tres convenciona-
les aprobó ese plan
La elección del candidato por la Convención no
fue tan fácil como la aceptación del programa.
Las dos tendencias o ramas que dieron origen al
Partido Bloquista se pusieron de manifiesto.
Los ex intransigentes no dudaban que el candi-
dato a Gobernador debía ser
Federico Cantoni
y que, si éste fuera inhabilitado por estar preso,
aceptarían la de Aldo,
pero jamás otra perso-
na que no fuera un Cantoni.
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Alvear participa de un desfile patrio. Con él, la elegancia llega a la política.
