215
JONES
—Es que el autor moral indiscutible, que
maneja todos los hilos de la trama, el que
toma la iniciativa, impone su voluntad en los
autores materiales, organiza el plan, reúne los
elementos, entrega las armas y las hace pro-
porcionar, elige el lugar y el momento del crí-
men, decide la realización del mismo y trans-
mite órdenes, es Federico José María Cantoni.
-¿Con qué pruebas lo acusa?
—¿Quiere que se las diga? Hay testimonios
muy concluyentes que fueron proporcionados
por los mismos autores del hecho en algunos
casos. Anote:
Urcullu a fojas 61 y Miranda a fojas 74 y
otros testigos de manera incidental, se refie-
ren a la reunión realizada en casa de Reynoso
y a las manifestaciones hechas en esa oportu-
nidad por Federico Cantoni.
•José María y Ricardo Peña Zapata, declaran
a fojas 167 y 172 que Federico y Elio Cantoni
son los instigadores del crímen. Dicen que
han participado en el mismo por indicación
de Cantoni.
Rómulo Tobares, a fojas 173, declara que
en unión con Juanasi y Clavel se entrevista
dos días antes del 20 de noviembre con
Federico Cantoni quien les ratifica que el
própósito perseguido es el asesinato de Jones.
Agrega que son instigadores, Federico dando
instrucciones y Elio transportando a los auto-
res materiales.
Urcullu, a fojas 493, durante un careo,
ratifica su declaración, imputa una vez mas a
Federico Cantoni la instigación del crímen y
le reprocha su falta de hombría al “dejar col-
gados a los individuos que él ha inducido”.
Belisario Clavel, a fojas 508, acusa a
Federico Cantoni como instigador. Dice
haberle preguntado por la suerte de su familia
en caso de fracaso y que la respuesta de
Cantoni fue que esa corría por su cuenta.
Juanasi a fojas 533 coincide con Tobares
en la relación de su visita a la casa de
Cantoni el viernes 18 y agrega que este les
dijo que lo esencial era la muerte de Jones.
Antonio Tirapegui, a fojas 121, declara
sobre los antecedentes del crímen y aclara
que el almuerzo efectuado en casa de Ramón
Cruz el 20 de noviembre, contó con asisten-
cia de Cantoni y muchos otros.
Arancibia, a fojas 122, declara que Cantoni
dio la consigna después de ocurrido el hecho,
de que nadie debía declarar lo que sabía en
caso de ser detenido.
Con todas estas pruebas es que acusé a
Federico Cantoni como autor moral del delito
de doble homicidio y lesiones con alevosia y
ensañamiento y solicité la pena de reclusión
perpetua y accesorios legales.
—Usted acusó también en calidad de cóm-
plices a Elio Cantoni, Ernesto Reynoso,
Carlos Porto, Victor Jorquera y Juan de
Dios Vázquez. Dejemos de lado a Jorquera
y Vázquez que actúan de choferes. ¿Por
qué esta diferenciación respecto a Federico
Cantoni?
—Nada hubiera sido mas fácil que conside-
rarlos imputables en el mismo grado que a
Federico Cantoni. Pero encuentro diferencias
leves de matiz que, no obstante, son suficien-
tes a provocarme un ligero conflicto de con-
ciencia. Y preferí resolver este conflicto en
favor de los procesados.
—¿Por ejemplo?
—Voy a hacer una confidencia que atañe a
uno de los procesados: Elio Cantoni. He teni-
do especial cuidado de conocer la conducta
anterior y posterior al crímen de los acusa-
dos, en la convicción de que también ese ele-
mento de juicio podría contribuir a trazar la
línea exacta de camino a la hora de la acusa-
ción. Desde la comisión del crímen, Elio se
conduce en forma que autoriza la esperanza
de una reacción saludable hacia el remordi-
miento sincero por su participación en este
crímen espantoso. Es el suyo tal vez un espí-
ritu que comienza a agitarse en las tinieblas,
ansioso por orientarse hacia la luz y esta sola
hipótesis, esta presunción, por lejana y remo-
ta que sea, hace más cómoda mi tarea. En
cuanto a Reynoso y Porto, no media el últi-
mo motivo circunstancial invocado pero no
sería posible ni legal colocarlos en otro terre-
no, a los efectos de la penalidad correspon-
diente, que aquel en que se encuentra Elio
Cantoni.
”
“
Desde la comisión
del crímen, Elio
Cantoni se conduce en
forma que autoriza la
esperanza de un
remordimiento sincero
por su participación en
este crímen espantoso.
Además de los afiches, se imprimieron miles
de folletines con el texto de la acusación fiscal.
