220
JONES
económicos con la bodega
Santiago Graffigna Ltda., de la
cual formaba parte del Directorio.
O sea, decir Graffigna en San Juan
era más o menos lo mismo que
nombrar al bodeguero por antono-
masia.
Graffigna no sólo representaba a
un partido. Era el más genuiono
representante de los industriales y
viñateros que había desarrollado
una importantísima vitivinicultura,
constituida en la base económica
de la provincia.
Económicamente, la vitivinicultura
era San Juan
Pero, como siempre ha ocurrido en
esta provincia: ¿existe una relación
sólida entre el ciudadano elector y
la economía?
Los bloquistas aprovecharon esta
situación y trataron de orientar a la
opinión pública, al explicarles que
la Concentración era la entidad
política de los bodegueros y que,
de gobernar, lo harían para los
intereses de ellos. En un ingenioso
estribillo cantado en las manifesta-
ciones bloquistas, expresaron el
verdadero contenido que se le dio
a la campaña política:
Graffigna para un pipón
Cantoni para el sillón
Los candidatos bloquistas de 1923 volvieron a compartir responsabilidades años más tarde,
cuando se postularon a diputados nacionales. La foto muestra una publicación de la época.
El voto con la foto
de Federico Cantoni
y el dibujo de
Leandro N. Alem