214
JONES
casa un máuser, que se provea de un winches-
ter, agenciese una escopeta y el que no pueda
esto, un revólver. Y si esto no se puede, aun-
que sea un cortaplumas, aunque sea un sun-
cho, para que todos contesten: ¡listos! cuando
se les llame a sacar vivo o muerto de la casa
de gobierno al traidor Jones”. Su hermano
Elio se expidió en forma parecida y otro tanto
hizo Belisario Albarracín
—Pero además de las palabras. ¿Está pro-
bada su participación?
—Desde ese día Cantoni no se da un minuto
de tregua y centra su actividad en la planifica-
ción del asesinato. El 6 de noviembre se reu-
nen en la quinta de Cantoni, éste, Elio y sus
colaboradores Sugasti, Ghirino, Tejada,
Sancassani, los hermanos Peña Zapata, etc. y
Cantoni insiste en la necesidad de asesinar a
Jones.
—¿Está probada esa reunión?
—Perfectamente, lo mismo que la del 13 de
noviembre cuando se verifica un nuevo
encuentro, esta vez en casa de Ernesto
Reynoso y nuevamente el tema de conversa-
ción es el homicidio que estaba premeditado.
Cantoni reitera que es absolutamente indis-
pensable realizarlo y asume todas las respon-
sabilidades.
—¿Cuándo se pasa a la acción?
—En la semana que media entre el 12 y el 20
de noviembre, que es de una actividad extra-
ordinaria. Bajo la dirección de Cantoni se
hacen los últimos preparativos y los autores
son buscados, llevados a su consultorio, pues-
tos en contacto con él, reciben sus instruccio-
nes definitivas y son colocados bajo la direc-
ción de varios de los colaboradores inmedia-
tos para facilitar su reunión en la casa del crí-
men. Se les arma hasta los dientes, se les ilu-
siona con promesas de una impunidad impo-
sible y se les adiestra en el manejo de bombas
explosivas, que también les son proporciona-
das.
—¿Qué pasa el día 20?
—Llega el 20 de noviembre y los autores son
llevados a la casa de Miranda en automóviles
que manejan Elio Cantoni y Carlos Porto. En
la madrugada quedan alli encerrados todos los
brazos ejecutores. Pasan las horas entre
mates, un trago de vino o alguna comida.
Mientras, los que piensan, inspiran y fraguan,
toman precauciones a fin de asegurar la fuga
de sus compañeros de tarea. Y para hacer más
corta la espera se reúnen en un almuerzo.
—Y Jones... ¿No estaba avisado de lo que
ocurría?
—No, al extremo que hace su vida normal y
ese domingo, junto al desgraciado don Juan
Meglioli, se preparan a la mas inofensiva de
las diversiones. Van a realizar una excursión
en automóvil al encuentro de la muerte. Salen
al fin, en compañía de los señores Luis J.
Colombo y Humberto Bianchi y llegan a
Pocito, a esa Rinconada trágica.
—Allí lo matan...
—El doctor Jones se detiene un instante para
cambiar breves palabras con personas de su
familia, convienen en reunirse nuevamente en
otra parte minutos después y en el momento
en el que el coche va a ponerse otra vez en
movimiento, se produce el drama. Los asesi-
nos que habían sido prevenidos de la llegada
del auto, toman sus medidas para no fallar el
golpe y después, sin elegir la víctima, brutal-
mente, con una ferocidad increíble, hacen
fuego por descargas, hasta que no queda en el
coche nadie en pie. Entonces se acercan,
hacen nuevos disparos a boca de jarro sobre
los cuerpos caídos, arrojan dentro del vehículo
una bomba de dinamita, cortan una oreja del
doctor Jones y se alejan, dando gritos y profi-
riendo vivas a Cantoni.
P
oco tarda en conocerse la noticia
esperada. El almuerzo se interrumpe y
en confuso tropel salen los invitados,
rodeando al que todo lo ha preparado y dirigi-
do. Poco mas tarde la ciudad va saliendo del
estupor en que la tragedia la ha sumido. La
reacción se produce en una incontenible
vibración del alma colectiva y los soldados de
la patria pronuncian frente a la casa en que
están refugiados los autores morales, palabras
decisivas. Estos ceden a la intimación y son
traladados a la cárcel.
—¿Quienes fueron los autores materiales?
—Los autores materiales fueron: Vicente de la
Cruz Miranda Jamenson, Rómulo Segundo
Tobares, Tiburcio Parra, Ricardo y José María
Peña Zapata, Domingo Benito Urcullu,
Alejandro Juanasi, Belisario Clavel, Nicolas
Pellerite, Fernando Santamaría y Emilio
Sancassani. Estos dos últimos estuvieron pró-
fugos durante mucho tiempo. Para todos ellos
pedí la pena de reclusión perpetua.
—Pero usted agrega entre los autores a
Federico Cantoni...
Viene de página anterior
”
“
Los autores materiales
fueron: Vicente de la
Cruz Miranda Jamenson,
Rómulo Segundo
Tobares, Tiburcio Parra,
Ricardo y José María
Peña Zapata, Domingo
Benito Urcullu,
Alejandro Juanasi,
Belisario Clavel, Nicolás
Pellerite, Fernando
Santamaría y Emilio
Sancassani.
Fiscal Escobar
Ilustración: Miguel Camporro.