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tranjeros, le digo que no. Para mi los conocimientos deberían estar abier-
tos para todo el mundo. Eso significaría que un chico sanjuanino pueda
cursar o especializarse gratuitamente en Japón, en Chile o en Moscú,
gozando de todos los beneficios. Y que nuestros profesionales puedan
ser reconocidos en esos países Hoy eso no es así.
Mientras eso no se logre, propongo que se hagan acuerdos bilaterales
con cada país. Aquellos que abran sus universidades a nuestros estu-
diantes, recibirán igual trato en la Argentina.
¿El resto? Tendrán que ser becados, como becan a tanta gente en esos
países.
● La empresa argentina gasta mucho en la formación y actualización
de sus recursos humanos
. Muy bien. Pero no es lógico que no pueda
firmar con ellos un convenio para garantizar que volcarán esos conoci-
mientos en la empresa durante uno, dos o tres años. El resultado es que
empresas más grandes –cuando no el Estado o la misma universidad-,
los atrae ofreciendo menos cantidad de horas de trabajo o vacaciones
más largas o mejores sueldos. El resultado es que son pocos los que quie-
ren invertir en formación.
● Hay profesionales argentinos que se reciben y se van a hacer maes-
trías al exterior.
Maestrías por lo general caras, en famosas universida-
des como Harvard, Oxford o Navarra. Pero luego ese profesional es
captado por esos países y decide quedarse. Estamos de acuerdo. A nadie
se le puede negar el derecho a mejorar su nivel de vida. Pero ese profe-
sional (o la empresa que lo contrata), debería devolver algo de lo que
recibió en su país gratuitamente. Deberían existir acuerdos como ocurre
en el deporte donde si un club europeo quiere a un jugador argentino
debe pagarlo al club que lo formó o que es propietario de sus derechos
federativos.
Señores, la formación y permanente actualización de los recursos hu-
manos en un mundo tan cambiante tecnológicamente,
es muy cara.
Los recursos humanos son un capital importantísimo para cualquier
país.
Quizás son más importantes que los recursos naturales. Y lo
serán cada día más.
Pensemos que este será uno de los grandes temas del San Juan 2035.
Y al menos, pongámoslo en la mesa del debate.
Juan Carlos Bataller