la_cena_de_los_jueves2 - page 209

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JONES
favorables. Esta circunstancia ha sido la que
agravó la situacion de San Juan.
No puedo justificar, señor presidente, que se
recurra al crímen para ocupar las posiciones
políticas;
no podré justificar jamás que
ciudadanos honorables que han ocupado
posiciones en este congreso, hombres cuyo
concepto es muy elevado en aquella pro-
vincia, se encuentren en un partido presi-
dido por el principal instigador de aquel
crímen tan bárbaro;
no concibo que hom-
bres honorables puedan constituir un partido
y poner de presidente a una persona que está
enjuiciada por un crímen tan horrendo. Eso
no puede ser principismo radical, eso es sim-
plemente un trastorno mental, o es, señor
presidente, un concepto muy equivocado de
la moral cívica.
Sr. Marcial Quiroga (diputado bloquista):
¡Tiene que probar que el presidente del par-
tido radical bloquista ha sido el principal
instigador del asesinato del doctor Jones!.
Sr. Lloveras:
Es notorio.
Sr. Quiroga:
Eso es falso y le puedo probar
que sus amigos...
-Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Lloveras:
(Puesto de pie). Los radicales
no pueden jamás recurrir al crímen para ocu-
par posiciones electorales.
-El señor presidente hace sonar la campana
Sr. Alfonso:
Ni los radicales pueden jamás
dar su voto a un hombre que siquiera sea
sospechado de que está en complicidad, ya
sea moral o material, con los que prohijan el
crimen político. (¡Muy bien! ¡Muy bien!).
Sr. Lloveras:
Así lo pensaba yo.
Sr. Presidente:
(Pereyra Rozas). Señor
diputado Lloveras: cumplo con el deber de
hacerle saber que debe usar de la palabra
sentado en su banca y no de pie.
Sr. Lloveras:
Discúlpeme, señor presidente,
fue un momento de emoción el que me obli-
gó a ponerme de pie.
Desde esta banca tengo que cumplir una
misión muy grande, porque tengo que levan-
tar el peso inmenso de ese anatema que ha
caído sobre aquel pueblo, que ha tomado la
fama de matador de gobernadores.
Es necesario que sepan que la muerte del
doctor Jones no es obra de los sanjuaninos;
son esos elementos exóticos que suelen lle-
gar a nuestras playas,
de espíritu y senti-
mientos degenerados,
que han contaminado
a esos elementos débiles que se inclinan
hacia el crímen y hacia la barbarie. Eso es lo
que está ocurriendo en los actuales momen-
tos en mi pobre y desgraciada provincia; y lo
más lamentable, es ver a un profesor de la
Facultad de Medicina
(refiriéndose a
Marcial Quiroga)
, un hombre que debe ser
un exponente de cultura, al que he conside-
rado en todos los momentos de mi vida
como a tal, solidarizándose con aquellos que
cometieron el crímen más bárbaro que regis-
tra nuestra historia.
.....................
S
iempre he creído al doctor Jones un
hombre bondadoso, un hombre de
sentimiento. Y si no supo captarse la
voluntad de todos los miembros del partido
radical, fue precisamente por la rectitud de
su carácter y por la energía de su espíritu.
Había que destruir muchas prácticas viciosas
y esto es lo que le acarreó malas voluntades,
esto le ocurre a todos los hombres que tienen
que derribar obras añejas y torcidas.
Sr. Presidente:
(Pereyra Rozas). Continúa
con la palabra el señor diputado por San
Juan.
Sr. Lloveras:
Voy a terminar, manifestando
que en verdad sería bueno para el país, como
un medio de moralizar nuestras prácticas
políticas, que no se sienten en esta cámara
aquellos ciudadanos que se han solidarizado
con personas que han cometido crímenes tan
horrendos. No puede decirme ni puede obje-
tarme nadie de que esas personas a cuyo
nombre han hecho la propaganda política no
sean cómplices o autores de ese crímen, por-
que señor presidente, no hay nada más certe-
ro, ni más exacto, ni más justo que la voz
popular. En San Juan nace, señor, de la masa
del pueblo, parece que naciera de las entra-
ñas mismas de aquella tierra, un clamor
que
dice que don Federico Cantoni es el prin-
cipal instigador del crímen realizado en la
Rinconada.
Y ese ciudadano es el que presi-
de el partido que ha traído a los señores
Quiroga y Correa a esta cámara.
Sr. Quiroga:
Pido la palabra.
Es muy triste cuando como a mí me toca en
este sagrado recinto de las leyes tener que
hablar para defender a mi provincia de los
ataques que le dirigen tal vez sus mejores
hijos, aquellos que el pueblo de San Juan ha
señalado para que ocupen los puestos más
elevados de gobernantes y de representantes
en el congreso.
Ayer tuve que protestar desde esta banca de
aquel famoso telegrama dirigido al Senado
“Tomemos una
botella, introduzcamos
materias fermentables,
tapémosla bien...
dejemos que los gases
que destilen esas
substancias vayan
aumentando más y más
la presión: si el tapón no
salta, la botella estalla.
Conociendo como
conocía el sentimiento
de mi pueblo, presentía
lo que ocurrió”.
Marcial Quiroga
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