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JONES
A
partir del nuevo año, las informa-
ciones fueron haciéndose menos
frecuentes en los medios nacionales.
Ya no ocupaban las tapas de los grandes dia-
rios sino sus páginas interiores.
Y ya no estaban centradas tanto en la investi-
gación del asesinato sino en los avatares polí-
ticos de San Juan, que seguían siendo
muchos.
Veamos cuál era el cuadro de situación.
1) Había asumido el gobierno de la provin-
cia, por disposición presidencial, el presi-
dente de la Corte, Luis Colombo.
E
l hecho constituía un escándalo.
Porque transgredía toda norma cons-
titucional. La Carta Magna sanjuani-
na decía respecto a la sucesión:
Art. 89 -
Si ocurriera muerte, destitución,
renuncia, enfermedad o ausencia del
Gobernador, del P.E. será ejercido por el
vicegobernador. hasta concluir el periodo
legal en los tres primeros casos y, en los tres
últimos, hasta que haya cesado la inhabili-
dad.
Art. 90 -
Si ocurriera muerte, destitución,
renuncia, enfermedad o ausencia del vice
gobernador, en los casos en que este funcio-
nario deba reemplazar al gobernador, el P.E.
será ejercido por el presidente provisorio del
Senado o en su defecto por el presidente de
la Cámara de Diputados.
Art. 91 -
La legislatura dictará una ley que
determine el funcionario que deberá ejercer
el P.E. provisoriamente, para los casos en
que el gobernador, vicegobernador o presi-
dente de ambas cámaras no puedan desempe-
ñarlo.
La legislatura nunca se reunió para sancionar
una ley que cubriera la acefalía. Por lo tanto.
Colombo era un usurpador.
Y para colmo
de males, no era un hombre de la provincia
sino un
“recién llegado”.
2) Un interventor que no asumía.
L
a ley de intervención a San Juan
estaba sancionada desde septiem-
bre de 1.921. Pero faltaba la pro-
mulgación del presidente.
Hipólito Irigoyen ni siquiera reaccionó
como debía ante el hecho tremendo que sig-
nificó la muerte de Jones. Dejó pasar un
mes antes de promulgar la ley
Bello llegó a San Juan el 19 de diciembre
pero no asumió.
Conversaba con dirigentes de distintos sec-
tores, mantenía reuniones pero no asumía.
Un diálogo publicado en uno de los diarios
locales resulta muy gráfico para pintar su
actuación:
Periodista:
¿Cuándo asumirá como inter-
ventor?
Bello:
No me explico como, con estos calo-
res, se ocupa la gente de política.
Periodista:
No sería esto política propia-
mente sino el deseo incontenible en la opi-
nión de que se regularice esta situación en
la provincia.
Bello:
Esto no ha de tardar pero no puedo
precisar cuándo será. Aunque será en breve.
3) Un vicegobernador que no quería
asumir
E
l que podría haber asumido era don
Aquiles Castro, el vicegobernador
que nunca renunció al cargo, aun-
que pidió permiso
“por enfermedad”
y se
La provincia
era un caos
“
No me explico
cómo, con
estos calores,
se ocupa
la gente
de política
Julio Bello
”
