El Nuevo Diario - page 10

Viernes 2 de septiembre de 2016
imágenes
Castillos en el aire /
castillos en España
A
driana Miranda, destacada
fotógrafa sanjuanina, ha ex-
puesto en el Museo Provin-
cial de Bellas Artes un
conjunto-instalación de fotografías,
denominadas “Castillos en el aire”.
El mismo trata de un tema al que la
artista le ha dedicado mucho
tiempo y cuenta entre los antece-
dentes conocidos, una exposición
del mismo nombre realizada en la
fotogalería del Teatro General San
Martín. En esa oportunidad, entre
otros Juan Travnik valoraron el
evento desde el punto de vista téc-
nico, conceptual y estético.
Las casas en miniatura que son de-
jadas como ofrenda en el Santua-
rio Popular de Vallecito constituyen
el motivo de las fotografías, si bien
se complementa con la ubicación
de ellas en espacios imaginarios.
Conversando con un amigo cordo-
bés que vio la muestra – y se trata
de un espectador avezado de arte
– ponía en tela de juicio que se tra-
tara de montajes, dado el grado de
realidad que poseen las casas y el
paisaje. La discusión se funda en la
intensidad de las imágenes que
conjuga visualmente la fe, la nece-
sidad básica, lo imaginario y lo sa-
grado. Conviene atender entonces,
a ese poder significativo que se
sostiene en un simulacro de re-
alismo.
La primera vez que encontré la ex-
presión “construir castillos en el
aire” fue en la lectura de “Mujerci-
tas” – un libro subrepticiamente
leído porque era literatura para mis
hermanas -. Se trata del título de
Capítulo 13 y cuenta las ilusiones
de un grupo de jóvenes. En inglés
y bajo la impronta romántica,
Louisa May Alcott usa “Castles in
the Air” como ilusiones infundadas.
una petición cumplida. Entonces,
esas casas son ilusiones cumplidas
y, como los sanjuaninos sabemos,
La Difunta Correa es cobradora,
por lo tanto la presencia de la casa
no sólo expresa el agradecimiento,
sino también conjura peligros futu-
ros (imposibilidad de pagar la
cuota, incendios y cualquier des-
gracia doméstica). Posiblemente,
por ello, los castillos en aire aluden
a la historia dentro de la casa; la
nueva vida que comienza con cada
casa. Aquí, el paisaje imaginario
juega un rol dramático. Los sitios
cuya perfección formal conjugan
las diversas direcciones visuales,
quedan sustraídos de la historia
concreta. Nada se dice del jardín,
ni de los vecinos, ni de las fiestas…
sólo está el edificio, entregado al
paso del tiempo que termina por
destruir todo.
Resulta indiferente que aparezcan
las maquetas entre las velas y las
piedras, con las inscripciones de
los propietarios en proceso de bor-
ramiento por el sol y el viento o en
las geometrías fantásticas; las ilu-
siones se cumplen, lo esperado y
lo inesperado llegan, la muerte
siempre acecha. La persistencia
del peligro es lo que justifica la rei-
teración de las mandas, la repeti-
ción del peregrinaje, el pedido de
protección permanente; en ese
sitio se conjuga el lugar de la fe y la
pérdida de ella. En tal sentido, en
la mención de los peligros, estimo
más adecuado llamar al conjunto
«Construir castillos en España»,
porque como las casitas los fantas-
mas son reales.
Las casitas en el Santuario Difunta Correa. “Trato estas maquetas –dice
Adriana Miranda– como arquitectura espontánea, formas que comunican
algo subyacente; sus diseños están asociados con ideas, con una época,
con circunstancias”.
Adriana Miranda junto a
Juan Travnik.
s
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COLUMNISTAS
Escribe
Eduardo Peñafort*
*Filósofo. Crítico de arte
Muchos años después, en el
“Roman de la rose”, leí la expre-
sión: Construire des châteaux en
Espagne (en francés moderno) –
en parte referida a ilusiones vanas.
A pesar de la equivalencia general-
mente establecida, el significado
cambia: en el siglo XIII, « construir
castillos en España » significa que
algo es inútil, porque los moros se
apoderaban de ellos; los mercena-
rios franceses la usaban para indi-
car que nunca les pagaban los
servicios con los castillos prometi-
dos.
Según la tradición, los ex-votos se
llevan a Vallecito como cierre de
1,2,3,4,5,6,7,8,9 11,12,13,14-15,16,17,18,19,20,21,...28
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