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U
n médico amigo que trabajó en el Neurosiquiátrico de
Zonda solía explorar a los pacientes preguntándoles: ¿Por
qué estás aquí? La respuesta revelaba el grado de percep-
ción de la realidad del enfermo mental.
Un día, recibió una respuesta que lo impresionó:
-Estoy aquí -dijo el paciente- por la misma razón que ud, doctor. No
pude triunfar en el mundo exterior.
Y vos, lector ¿por qué estás aquí?
-¡Qué mano que te di! Te lo traje al Intendente al acto.
-Che, gracias, era un actito sencillo y cuando lo vi al Intendente, qué-
seyo, se me iluminaron los ojos.
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