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Alejandra Araya
-Cuando Sol te dijo de todo, es de todo: gay y mujeres también.
Agregó Sabrina. Los hombres, en su mayoría de más de 50, dicen que
con nosotras hacen lo que no pueden hacer con sus esposas. (Y aunque
me lo contaron, te pido lector que usés tu imaginación)
-Profe, escuchá: tengo como cliente a un político. Las primeras veces
hubo sexo. Pero ahora que me siente su amiga, charlamos. Me paga,
hasta me deja propina. Me cuenta, yo lo escucho, por ahí le doy un con-
sejo. Le leo una de mis poesías. Me dice que se hartó de los psicólogos
que siempre les echan la culpa a los padres y de los psiquiatras que dan
pastillas.
-Chicas, ¿viven de ésto?
Lorena, que había permanecido callada, habló:
-Sabrina y yo sí. Estamos ahorrando para ponernos una peluquería.
Estudiamos en una escuela de adultos.
-Trabajo en RRCC. Dijo Sol.
Yo-ojos de huevo frito.
-Jajaja. Recolección de Residuos Contaminantes de las Casas. Tengo
una pasantía de basurera en la Muni. Pero seré abogada, estudio en la
Nacional. Obvio que voy de varoncito, algunos alumnos y docentes no
tienen drama, pero hay otros…
-¿Se sienten discriminadas? ¿Qué piensan de la sociedad sanjuanina
en relación al tema travestis?
-La sociedad sanjuanina es careta. Yo soy travesti, me pagan por un
servicio y mi actividad es sincera. ¿Cuántas esposas se prostituyen por
el qué-dirán y los bienes gananciales sabiendo que sus maridos las en-
gañan? Lorena dixit.
-¡Vos sos una vieja agria! Jajaja. Yo no compito, dijo Sol. Soy feliz.
Mis padres se enojaron conmigo, me fui de casa, yiré un tiempo en la
calle hasta que me acomodé. Sí, me excedí como cualquier piba, profe.
Pero ésto no tiene nada que ver con mi elección sexual. Mi viejo labura
en el comercio y mi vieja es ama de casa. Ahora todo bien con ellos, los
visito de vez en cuando.
-¿Y con la policía?
-Tranqui, hay una suerte de intercambio de favores. Nosotras labu-
ramos juntas la calle porque somos amigas. Cuando viene el invierno,
pegamos panfletos promocionando nuestros servicios. Como hacen en
Buenos Aires.
-¿Temen por sus vidas con cada cliente desconocido?
-Toda profesión tiene sus riesgos. A mí me tocó una vez un violento