Agricultores,
recolectores
y ganaderos
●
Desarrollaban sus
cultivos mediante el
riego artificial. Cons-
truían acequias que
abarcaban todo el
valle y que se cono-
cían con el nombre
del cacique cuya tie-
rra regaban. Cultiva-
ban maíz, quínoa,
poroto, zapallo, cala-
baza, mate y ají.
●
La algarroba era el
principal fruto de re-
colección. Con sus
vainas fabricaban un
pan y con las drupas
de chañar elaboraban
bebidas alcohólicas.
●
En los valles san-
juaninos la ganadería
era realizada en muy
pequeña escala y se
limitaba a la posesión
de algunas pocas lla-
mas.
El Dios de la Cordillera
●
Los huarpes creían en una
deidad central benéfica, el
Hunuc Huar, que vivía en la
Cordillera. Le hacían ofrendas
de alimentos para solicitarle
dones de vida y salud, sobre
todo al cruzar la cordillera.
●
A Hunuc Huar se agregaban
otros espíritus, representados
por fenómenos naturales como
el sol, la luna, el lucero, los ce-
rros, los ríos o el rayo. Los
huarpes creían también en au-
gurios obtenidos a través de la
interpretación de los sueños y
del canto de las aves.
Para curar y
hacer llover
Contaban con la figura de un hechi-
cero, encargado de curar enfermeda-
des con procedimientos mágicos.
Otra tarea del hechicero era hacer
llover. Aparte de la medicina mágica,
practicaban la cura por medio de ve-
getales o fitoterapia.
La muerte
Las ceremonias fúnebres congregaban
cierto número de personas y durante
ellas se bailaba al son del ritmo de percu-
sión y se bebían productos alcohólicos.
Los huarpes enterraban a sus muertos
con alimentos, vestidos y otros elemen-
tos de uso diario. Creían en otra vida que
tenía lugar, según ellos, en la cordillera
junto a Hunuc Huar.
▲
8
Huarpes...
H
acia el año 1490 el im-
perio incaico invadió los
valles centrales de San
Juan y Mendoza y dominó a los
pueblos huarpes que allí habi-
taban.
En territorio sanjuanino hay en
la actualidad gran cantidad de
evidencias de esta dominación.
Los huarpes adoptaron algunos
rasgos culturales incaicos
como el idioma quechua y el
uso de la llamada “camiseta
andina” como parte de la vesti-
menta.
El dominio incaico finalizó
poco tiempo antes de la lle-
gada de los españoles.
La primera dominación
Llegan los Incas
Conquista y
desaparición
L
a desaparición de los pueblos
huarpes está directamente li-
gada a la llegada de los espa-
ñoles a la región de Cuyo a
mediados del siglo XVI.
En 1551 Francisco de Villagra tomó
contacto con los huarpes, que
mostraron docilidad.
Cuando llegaron más expedicio-
nes, entre ellas la de Juan Jufré,
los huarpes aceptaron de buen
grado la instalación de ciudades
sobre sus mismos asentamientos.
Cedieron tierras y se dejaron re-
partir entre los españoles, que
llevaron una gran cantidad de in-
dios de todas las edades y
ambos sexos a trabajar sus tie-
rras de Chile. Así disminuyó no-
tablemente la población aborigen
en los principales valles de San
Juan y Mendoza.
Muchos morían al ser desnatura-
lizados o al tratar de escapar.
Los que lograban huir se refugia-
ban en montes, zonas desérticas
o en las lagunas de Guanaca-
che. Este era el lugar más usual
como refugio, por la facilidad de
subsistencia que ofrecía.
El poblamiento huarpe de las la-
gunas mantuvo la lengua y cier-
tas costumbres, aunque modificó
su vivienda y economía, ahora
basada en la pesca y los recur-
sos de las lagunas.
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