El Nuevo Diario - page 6

Vestían una manta confeccio-
nada en lana o fibra vegetal
que, sujeta a la cintura, envol-
vía el cuerpo hasta las rodillas;
a esta manta agregaban una
faja de unos 15 centímetros de
ancho. Sobre los hombros, y
sujeta sobre el pecho con una
espina, usaban otra
manta más pequeña.
La vestimenta se
completaba con ador-
nos de plumas.
Tanto hombres como mujeres
usaban el cabello largo.
¿Dónde
vivían?
Instalados, posiblemente,
desde el año 1.300 d.C., los
huarpes ocuparon, de norte a
sur, los siguientes valles:
Valle de Tucuma o Caria,
determinado por el río San
Juan, donde está hoy la ciu-
dad de San Juan y alrededo-
res.
Valle de Guanacache, con-
formado por el antiguo río
Guanacache y las orillas de
las lagunas del mismo nom-
bre.
Valle de Güentota o Cuyo,
vinculado al río Mendoza,
donde hoy están Mendoza y
Luján de Cuyo.
Valle de Uco/Jaurúa, deter-
minado por el río Tunuyán,
en los departamentos men-
docinos de Tupungato, Tunu-
yán y San Carlos.
De estos asentamientos, los
más importantes fueron los
de Caria y Guëntota.
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Huarpes,
los últimos
L
os huarpes fueron la última cul-
tura aborigen que ocupó la región
de Cuyo.
Habitaban estas tierras en el momento
de la llegada de la conquista española a
mediados del siglo XVI. Si bien su ori-
gen todavía es tema de investigaciones,
se sabe que esta cultura está vinculada
a las tradiciones propias de las culturas
agropecuarias que habitaron el mismo
territorio con anterioridad.
Vivieron en nuestras tierras desde el
año 1.300 d.C. Las crónicas de la con-
quista hablan de que en 1562 había en
el “país de Cuyo” entre 20 y 30 mil “na-
turales”. Un siglo después sólo
que daban unos cientos.
Cuando
llegaron los
españoles habitaban
nuestro territorio
entre 20 y 30 mil
huarpes.
El cacique:
dueño y señor
La sociedad huarpe se organizaba en grupos,
unidos por lazos familiares, alrededor de un ca-
cique, que era propietario de la tierra.
Cada cacique tenía un sucesor, determinado por
herencia de los padres al hijo mayor.
Altos y
delgados
Los huarpes eran individuos
de tez oscura, delgados y re-
lativamente altos, comparán-
dolos con los indios de Chile
y con los españoles. Las mu-
jeres eran también delgadas,
altas y bien proporcionadas.
Mantas,
faja, espinas
y plumas
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