El Nuevo Diario - page 16

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Viernes 27 de mayo de 2016
Alejandro Segovia
R
olo se separó hace un par de
meses, hoy le tocan los
niños. Y como manda el ma-
nual del separado, se fue a “macdo-
naldear” al shopping, allí se
encuentra con muchos otros más en
su misma situación. Ya Rolo no se
siente un “bicho raro”, son muchísi-
mos, estos tiempos son así. Mañana
ya se van con su madre, que a partir
de la separación no tiene más nom-
bre propio. Pasa a llamarse “la
madre”. Rolo ya sin los niños em-
pieza el desafío de resocialización.
Una dura tarea a la cual el separado
reciente se enfrenta. Ya los “amigos
de la pareja” generalmente no invi-
tan a un hombre solo a cenar, los
temas de conversación se acotarían y
viran de interés. O simplemente son
más amigos de tu ex. Los amigos de
siempre algunos siguen casados, y si
los invitas a tomar algo un día cual-
quiera posiblemente tengan proble-
mas con sus esposas. La mirada que
tiene la esposa de un amigo sobre el
separado nuevo es como si este fuera
una amenaza, una estrella de cine
porno las 24hs. que anda haciendo
casting por la vida y seduciendo a
sus amigos para que lo sigan en sus
pasos.
Muchos de los amigos de Rolo envi-
dian un poco el paso hacia afuera
que dio, y no saben que Rolo los en-
vidia un poco a ellos que siguen
adentro. La opción entonces es en-
contrar amigos que estén en la
misma sintonía. Separados que pue-
dan salir un miércoles en la noche, y
el jueves también a tomar algo, sin
que tengan tantos problemas y pedir
tanto permiso en sus casas. Encima
los temas de conversación, inquietu-
des y desgracias son más o menos los
mismos.
Oscar el día que le “pidieron la
pieza” se fue solo con dos bolsos. No
hizo falta ningún taxi-flet, era tan
poco lo que se llevó que el ajuar en-
traba en un archivo adjunto. Se fue a
la casa de su mamá, hasta que consi-
guiera departamento. Su mamá ya
había superado el “síndrome del
nido vacío” cuando Oscar se fue
hace más de 20 años. Pero Martha
no tuvo más remedio que abrir su
viejo útero y acoger al “nene” en
esta circunstancia. Es que no tengo
para alquiler y mi vieja está sola en
ese caserón- contaba Oscar justifi-
cándose. Es solo un tiempito hasta
que me acomode- decía. Hace ya
cinco años y no se acomoda, por eso
en una segunda adolescencia sigue en
su pieza de soltero que está igual, con
un poster de Kempes y la palette azul.
Deportes de todo tipo, trekking, bike,
gimnasio, llenan el tiempo y la estre-
sada mente de Beto. Anda como loco.
Esta mañana tuvieron reunión con el
abogado de ella, parece ser que en la
división, los bienes irían para el le-
trado y su ex, y a Beto solo le queda-
rían los males. Ella se quedaría con
la casa, el auto, la finca y el quincho
en Zonda. El correría con costas de
abogados, sicólogos, cardiólogos
para él, psicopedagogo para la nena
y la comida para el perro. Beto to-
maba pastillas, pero las dejó. Es ver-
dad que lo bajaban un poco de
revoluciones, pero los problemas
eran los mismos. Solo que el Clona-
zepam se los pasaba como en cá-
mara lenta, y los sufría más.
Hugo se separó de grande, y ya sus
hijos no dependen de su cuidado. Él
se siente liberado y no quiere perder
más tiempo. Por eso con sus amigos
y su panza se aturde en boliches de
onda invitando champagne a amigas
de su hija.
Marcos lleva ya un año viviendo en
un departamento que alquiló y de a
poquito lo transformó en un hogar.
Todavía recuerda cuando llegó y el
único mobiliario que había eran tres
cucarachas dadas vuelta. Juntó sal-
dos y retazos de amigos y familiares,
un colchón por acá, una silla por
allá, y así fue armando lo que hoy es
su casa.
Diego es otro separado que vive en
Buenos Aires y a raíz de su vivencia
creó una empresa hoy muy
exitosa,“Lonely man”. El comercia-
liza un kit para el hombre solo, una
especie de botiquín de primeros auxi-
lios para un separado reciente. In-
cluye los elementos hogareños
básicos y alimentos no perecederos
de supervivencia para una sola per-
sona por lo que dura el período de
shock inicial de un separado. A tra-
vés de un 0800 atiende las 24hs., por-
que las separaciones no tienen
horario de comercio, como dice
Diego. Ahora está detrás de una
franquicia para unas “camisas auto-
planchables” para separados. Segu-
ramente será un golazo.
Eduardo vive en Rawson y su ex en
Punta de Rieles. Tienen tres niños
que siempre olvidan en la casa del
otro papi lo que necesitan cuando
están en la casa de este papi. Ay
papi... me dejé la cartuchera en lo de
la mami, dice Jime. Y ahí va Eduardo
en una misión de varios kilómetros a
través de la ciudad. Su ex le da la
Escribe
EL LADO B
s
s
cartuchera, y aprovecha para pe-
dirle unos pesos. Nada garantiza
que una vez que vuelva con la cartu-
chera de Jime, Tomy no le diga que
se olvidó de las zapatillas, y mañana
tiene gimnasia. Eduardo ni bien
pueda duplicará todos los enseres
de sus hijos para tenerlos en su
casa, y así cortar con este tráfico
desgastante económica y mental-
mente.
Y
o estoy escribiendo esta nota
en una estación de servicio.
Es domingo en la noche.
Nadie le avisa a un separado antes
de separarse que los domingos para
ellos duran mucho más que 24
horas. El tiempo de los domingos
del separado va por un carril para-
lelo al tiempo real. Cuando empecé
la nota eran las 21:10, llevo más de
dos horas escribiendo y recién son
las 21:14. Si esto sigue así las horas
de este domingo habrán superado
las doscientas. Este fenómeno
tiempo espacio del domingo del se-
parado ni Carl Sagan ni los aztecas
lo podrían explicar. Los dejo, me
avisa mi hija que para mañana ne-
cesita un mapa físico-político de Af-
ganistán y que recién se acuerda.
Espero que haya en el Rincón de
Nápoli. Otro negocio abierto no sé.
El separado
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