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El casamiento con Benita
De vuelta en Chile, en 1848, Sarmiento presentó al
Gobierno un informe -que luego agregó a “Educación
Popular”-, sobre sus observaciones de los sistemas
educativos y políticas migratorias de Europa, Africa y
América.
Ese mismo año, se casó con Benita Agustina Martínez
Pastoriza, viuda de Domingo Castro y Calvo. Ella
había nacido en San Juan pero muy jovencita fue en-
tregada por sus padres a Castro y Calvo, un hombre
mayor y de fortuna de quien eran parientes. Sarmiento
cuando murió Castro se casó con ella y adoptó y le dio
su apellido al hijo de su esposa, Domingo
Fidel (Dominguito).
Quien fue Dominguito
Domingo Fidel Castro y Calvo era hijo de Benita Pastoriza. Tenía 3 años cuando Sar-
miento lo adoptó y le dió su apellido. Lo educó como si fuese propio. Luego de la sepa-
ración de Sarmiento y Benita, Dominguito se quedó con su madre, pero visitó en varias
ocasiones a Sarmiento.
Habia iniciado estudios de derecho cuando estalló la guerra contra Paraguay, conocida
como Guerra de la Triple Alianza, y Dominguito decidió alistarse en el ejército argentino
pese a la oposición de su madre. Participó con el grado de capitán de dicho ejército.
La vida de Sarmiento parecía definitivamente li-
gada a Chile. Se instaló en la finca rural de su
esposa en Yungay, donde vivió con ella, Domin-
guito, su hija Ana Faustina (que por enton-
ces tenía 16 años), y su madre Paula
Albarracín que había enviudado. Fue
también en 1848 cuando su hija se
casó con el tipógrafo francés
Jules Belin.
Por entonces, influido por sus
experiencias en el extranjero,
maduró las obras que edita-
ría un año después:
“Educa-
ción Popular”
y el primer
tomo de “Viaje por Europa,
Africa y América”.
Un soldado de la pluma
En Chile, entre 1840-1850, durante la presi-
dencia de Manuel Bulnes, Sarmiento inició
la lucha periodística contra el régimen ro-
sista.
El gobernador de Buenos Aires, Juan Ma-
nuel de Rosas, imponía su dictadura sobre
las provincias de la actual República Argen-
tina. Primero, desde “El Mercurio” de Valpa-
raíso y después desde su propio periódico
“El Progreso”, y “El Heraldo Argentino”, Sar-
miento atacó a Rosas. La crítica sólo fue in-
terrumpida entre 1845 y 1848 por su viaje a
Europa, Africa y América.
De vuelta en Chile retomó su lucha contra
Rosas, a través de los diarios “La Crónica”
y “La Tribuna”, propiedad de Manuel Montt.
Con San Martín en Francia
En Gran Bourg, Francia, visitó al general José
de San Martín por 1846. Sarmiento tenía 35
años y San Martín 68. Un año después, en los
EE.UU, conoció a un destacado educador nor-
teamericano, secretario del Consejo de Ins-
trucción Pública de Massachusetts,
Horace
Mann y a su esposa Mary.
Ellos influirían sig-
nificativamente en sus proyectos educativos.
Benita Agustina Martínez Pastoriza
En la finca de Yungay
Domingo Fidel Castro y Calvo