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vez vivirá más y sus ideas menos. Si en el siglo XX cada uno de nosotros
tuvimos que cambiar dos o tres veces nuestros grandes puntos de vista,
en el 2035 viviremos aún más y deberemos cambiar nuestros criterios
cientos de veces, pues la velocidad de la información, el cambio de de-
mandas populares nos los exigirá. Quienes se resistan a este cambio
serán jóvenes dirigentes envejecidos.
—¿A qué debemos apostar: seguridad para bienes y personas, liber-
tad, seguridad económica?
—Primero debemos aceptar que la libertad y la seguridad son dos con-
ceptos complementarios, no antagónicos. Pues la inseguridad no garan-
tiza en absoluto libertad, y la libertad no tiene por qué ser sinónimo de
inseguridad. Benjamin Franklin afirmaba que aquellos que sacrifican li-
bertad por seguridad no merecen tener ninguna de las dos.
—Espere, espere… Tal vez estemos hablando de diferentes formas de
seguridad…
—La seguridad del San Juan de 2035 tendrá tres dimensiones básicas,
como son la integridad, la disponibilidad y la confidencialidad. Y pre-
cisamente este es uno de los elementos que más se esgrimen a la hora
de hablar de libertad, cuando la confidencialidad se entiende como “pri-
vacidad” del individuo. De hecho, hay leyes que, tratando de garantizar
la libertad individual, luchan por esta privacidad. Entonces, resulta que
hay casos en los que libertad y seguridad no solo no son contrarios sino
que parecen estar en el mismo lado (la seguridad como parte de la li-
bertad). Entonces, ¿cuál será el problema?
—Dígamelo usted…
—El problema de fondo no será la antítesis entre libertad y seguridad,
sino el conflicto entre libertad grupal
versus
libertad individual. La se-
guridad forma parte de ambas libertades, y el problema real está en el
equilibrio entre ellas. En el nuevo San Juan no podremos seguir utili-
zando el concepto de seguridad de forma parcial, como excusa para jus-
tificar restricciones. Deberemos luchar en incrementar la seguridad,
dándole al Estado la tarea de priorizar mecanismos de inclusión, para
conferir a los individuos un conjunto de recursos materiales que garan-
ticen su subsistencia y que, de este modo, los doten de niveles relevantes
de poder de negociación. Esto constituirá una condición necesaria para
una existencia social autónoma. Cada sanjuanino deberá contar con un
Juan Carlos Bataller