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El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)
indicó que hace un año ya existían en el país más teléfonos celulares
que habitantes. Según cifras oficiales el número de celulares alcanzó las
50.409.800 unidades mientras que la población era de 40.134.425 habi-
tantes.
Con muchos de esos pequeños aparatos podemos comunicarnos con
sólo marcar el número, con un amigo que vive en Groenlandia, vernos
mientras charlamos, entrar en Internet, tomar una fotografía con buena
resolución o escuchar una radio de Dinamarca.
Una noticia procedente de Washington dice que la red social Twitter
cuenta con más de 150 millones de usuarios registrados y que se han
desarrollado casi 300.000 aplicaciones en torno al servicio, que permite
a los usuarios enviarse mensajes de un máximo de 140 caracteres. Desde
la presidente de la Argentina hasta el más humilde obrero pueden es-
cribir sobre lo que están comiendo en ese momento, la película que
verán a la noche o lo que piensan de los unicornios azules.
Por su parte Facebook superó los 500 millones de usuarios que suben a
la red sus fotografías, sus historias personales o su publicidad aun
cuando saben que están perdiendo su privacidad.
A todo esto, a través del satélite la televisión del mundo penetra en nues-
tros hogares y nos informa en tiempo real sobre las cotizaciones en la
Bolsa de Londres o los precios del trigo en China a la vez que nos pasan
en directo los partidos de baseball de los Estados Unidos o el recital de
Madonna en Nueva York.
De pronto, en medio de este maravilloso mundo de las comunicaciones,
tomo un libro de historia que me cuenta lo que ocurrió hace solo 200
años (hace unas horas en términos históricos).
El 25 de mayo de 1810 se dio en Buenos Aires el primer grito de liber-
tad.
Al día siguiente, en breve proclama, la Junta informa su razón de
ser a las provincias a su mando pues era indispensable contar con ellas
para poder vivir.
El día 27 se da a conocer una nota-circular resumiendo los sucesos acae-
cidos y se pide acatamiento a las nuevas autoridades.
Con los pliegos enumerados partió rumbo a Mendoza el comandante
Manuel Corbalán, quién llegó a destino el 13 de junio.
Juan Carlos Bataller