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JONES
Marcial Quiroga, Juan P. Tierney y
Domingo Cortinez, presionaban en el par-
lamento para que se enviara la interven-
ción nacional. No tuvieron éxito.
Yrigoyen
hizo oidos sordos.
Pero en el parlamento era distinto. Allí la
oposición al gobierno nacional se regodea-
ba con lo que estaba ocurriendo.
Y aprovechando que Yrigoyen había
enviado la ley de presupuesto para que
fuera tratada en sesiones extraordinarias,
se desviaron del tema y resolvieron enviar
una comisión para que
“investigara in
S
i la opinión de la prensa era contraria
a Jones, en el parlamento nacional la
oposición procuraba por todos los
medios que San Juan fuera intervenida.
Para ella era un gran logro el fracaso de un
gobierno radical, más si el gobernador había
sido promovido y protegido por el presidente
Yrigoyen.
En el parlamento y en el Poder Ejecutivo se
recibían diáriamente denuncias de jueces y
legisladores sanjuaninos sobre lo que estaba
ocurriendo en la provincia.
Todos se limitaban a denunciar hechos, al
parecer objetivos, pero se cuidaban muy bien
de decir que
habían cerrado todos los
caminos a Amable Jones para que pudiera
gobernar.
El mandatario no sólo no podía contar con
senadores, diputados y jueces sino que los
tenía en la vereda de enfrente, conspirando
cada día, actuando como un bloque sin fisu-
raa.
Habían rechazado todos los acuerdos solici-
tados por el gobernador y lo habían dejado
en un callejón sin salida.
A
nte esa realidad actuaba Jones.
Jones era el
“extraño”
, el hombre
que veía
“de afuera”,
el que quería
terminar con viejos hábitos corporativistas, el
que planteaba cambios estructurales que a
nadie le interesaban.
Y actuaba como podía y con la gente y los
instrumentos que iba encontrando en su
camino.
Era un hombre de ciencia, arrancado de los
claustros universitarios.
Y llevaba sólo seis
meses en el gobierno...
Los diputados nacionales por San Juan,
El parlamento nacional
dispone la intervención
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Mario Bravo, diputado socialista, fue uno de
los integrantes de la comisión investigadora
enviada por la Cámara.
Hipólito Yrigoyen, presidente de la Nación,
vetó lo resuelto en el parlamento y defendió
la gestión de Jones.
Hubo un detalle curioso: los
legisladores que estuvieron en
San Juan no se preocuparon
por pedir la opinión de uno sólo
funcionarios del Poder
Ejecutivo. Es decir: venían con
objetivos muy claros.