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La vida
familiar
l
Remedios,
esposa y amiga
María de los Remedios de Escalada
nació en Buenos Aires. Conoció a
quien sería su marido en las tertu-
lias en casa de sus padres. Cuando
se casaron, a los cinco meses de
haber llegado San Martín de Es-
paña, ella tenía 15 años y él 34. A los
pocos meses San Martín debió partir
en campañas militares. Solamente
cuando se estableció en 1814 en Men-
doza, pudo Remedios vivir con él dos
años continuos. Con otras damas, bordó
la bandera de Los Andes y donó sus
joyas. Tuvieron solo una hija: Merceditas
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Merceditas de San Martín
Mercedes San Martín nació en Mendoza el 23 de agosto de 1816. Tenía 7
años cuando, muerta su madre, se embarcó con su padre hacia Europa.
Allí, terminados sus estudios, se dedicó a cuidar a su padre que envejecía.
El 13 de diciembre de 1832 se casó en París con Mariano Balcarce. Tuvo
dos hijas: Josefina y Merceditas, que vivieron con su abuelo en Francia.
La hija de San Martín falleció en París en 1875.
María de
los Remedios
de Escalada
l
Los Granaderos
Recién llegado, San Martín presentó
a las autoridades su foja de servi-
cios. La desconfianza de parte del
Triunvirato demoró una semana el
reconocimiento de su grado de Te-
niente Coronel de caballería.
Inmediatamente lo nombraron co-
mandante del escuadrón que él
había propuesto organizar: los Gra-
naderos a Caballo.
Penacho de lana
Morrión de tela azul
Escarapela de latón
Casaca
Sable
Botas de
caña alta
Cordones de
lana amarilla y
visera de suela
Bandolera
de suela
Máximas para
educar a Merceditas
En 1825, ya en el exilio, San Martín escribió,
como una guía para él, las famosas máximas
para educar a su hija:
l
Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún
con los insectos que nos perjudican.
Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira.
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Inspirarle una gran Confianza y Amistad pero
uniendo el respeto.
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Estimular en Mercedes la Caridad con los Po-
bres.
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Respeto sobre la propiedad ajena.
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Acostumbrarla a guardar un secreto.
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Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia
todas las Religiones.
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Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
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Que hable poco y lo preciso.
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Acostumbrarle a estar formal en la mesa.
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Amor al aseo y desprecio al lujo.
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Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
El sable
de San Martín
Es el que usó durante la campaña liberta-
dora. Lo adquirió en Londres y se lo donó
a Juan Manuel de Rosas en reconoci-
miento a la defensa de la Patria durante
el bloqueo anglofrancés. Se encuentra en
el Regimiento de Granaderos a Caballo,
en Buenos Aires
