S
an Martín visitó San
Juan en dos oportuni-
dades.
La primera en
mayo de 1815, con el propósito
de diluir intentos autonomistas en
la provincia. No hay datos sobre
dónde se hospedó o si estuvo
más de un día. Lo que se sabe
es que sus gestiones demoraron
la separación de San Juan de la
provincia de Cuyo. En esa misma
visita habría expresado su apoyo
a la designación de José Ignacio
de la Roza como Teniente Gober-
nador. El papel de De la Roza fue
sumamente importante durante
la preparación del Ejército de Los
Andes. El fue “el hombre de San
Martín en San Juan¨.
La segunda visita fue entre el 9 y
el 27 de julio de 1815 y de esta sí
hay registros puesto que San
Martín se alojó en el Convento de
Santo Domingo. El objetivo del
viaje del jefe militar y gobernador
de Cuyo era inspeccionar los
pasos cordilleranos ante el peli-
gro de una invasión realista
desde Chile. Su presencia tam-
bién ayudaba a generar apoyo
popular a la causa libertadora.
El gobernador de Cuyo inspec-
cionó los pasos, reforzó las de-
fensas, ordenó cavar trincheras
en las calles de la ciudad y
estar preparados para el temido
mes de septiembre, cuando la
nieve despejara los pasos.
José Ignacio de la Roza orga-
nizó en la provincia de San
Juan todo lo necesario para
el Cruce de los Andes.
Patio del Convento de Santo Domingo
La celda que
ocupó ha sido
declarada Lugar
Histórico.
San Martín en San Juan
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S
an Martín ideó
un plan acabado
hasta en los últi-
mos detalles, que se de-
sarrolló a la perfección
entre el 18 de enero,
fecha en que partieron
las columnas hacia
Chile, y el 12 de febrero,
cuando venció a los
realistas en Chacabuco.
l
Seis eran las colum-
nas que debían despla-
zarse simultáneamente
l
Cada una de estas
columnas cruzaría la
cordillera por un camino
distinto.
l
Todas tenían distintos
objetivos: una debía diri-
gir el ataque principal y
otras tenían que tomar
provincias enteras.
l
Otras columnas cum-
plían la función de
confundir al enemigo y
obligarlo a dividir
sus fuerzas.
l
Sólo San Martín y
sus colaboradores más
íntimos conocían el
plan. Las autoridades
de la nación incluso
desconocían la
cantidad total de solda-
dos.
Un plan perfecto