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E
l 17 de agosto de
1850, muy lejos de su
patria, murió José
Francisco de San Martín.
Es uno de los mayores próce-
res de esta nación, aunque
casi no vivió en ella.
Como otros que construyeron
la Argentina, fue duramente
criticado en su época y ter-
minó sus días en el exilio.
Las decisiones que tomó en
su vida revelan a un hombre
de grandes virtudes. Su ac-
tuación militar lo coloca entre
los más grandes estrategas
del mundo. Esos valores, re-
conocidos con el tiempo, moti-
van que no haya ciudad o
pueblo en Argentina que no
tenga una plaza, un club o
una calle con el nombre de
San Martín. En todas ellas, el
17 de agosto, se recuerda al
“Libertador”.
José de San Martín
el hombre y el héroe
La importancia del 17 de agosto
l
Yapeyú
José de San Martín nació en
Yapeyú el 25 de febrero de
1778. En ese entonces el
lugar era una simple reduc-
ción de indios asistida por la
Compañía de Jesús.
Hoy Yapeyú es uno de los
municipios del Departa-
mento San Martín, en la pro-
vincia de Corrientes. Tiene
2.000 habitantes.
l
Padres
y hermanos
Sus padres fueron Don
Juan de San Martín y Gre-
goria Matorras. Ambos
eran españoles y vivían en
Buenos Aires. Se casaron
en 1770, cuando Don
Juan, militar, fue destinado
a Misiones. En 1774 fue
nombrado gobernador del
Departamento de Yapeyú,
donde fijaron su residen-
cia. Tuvieron cinco hijos:
María Helena, Manuel
Tadeo, Juan Fermín, Justo
Rufino y José Francisco.
l
A Buenos
Aires y España
En 1781 Don Juan de San Martín fue
trasladado a Buenos Aires y allí fue
con su familia. En 1785, por orden
del rey, debió instalarse en Málaga,
España. El sueldo era escaso. Por
ello, los hermanos mayores entraron
en la milicia. José, que tenía 7 años,
entró en el Seminario de Nobles de
Madrid, donde completó los estudios
primarios.
A los 11 años solicitó en-
trar como cadete en el Regimiento
de Murcia.
Fue admitido el 9 de julio
de 1789. Eran los días de la Revolu-
ción Francesa.