GOBERNADORES DEL SIGLO XIX EN SAN JUAN
Los próceres en carne viva
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se abrazaba con su secretario, Cayetano Echenique, en un rincón del cuarto
contiguo. Cegado por los celos, tomó una pistola y lo apuntó.
El hombre, desesperado, se escondió en un ropero que le sirvió de poca protec-
ción, porque Pedro disparó contra la puerta, las balas atravesaron la madera y
acabaron con su vida. Luego, llevó a Aurelia a la casa de su padre para no volver
a verla”.
Sólo ocho meses había durado el matrimonio.
Aurelia
Velez
Sarsfield