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EL SIGLO XX EN SAN JUAN
LOS AÑOS 20 - ECONOMIA
INTENTO DE DIVERSIFICACION
a economía sanjuanina no sufrió
variaciones durante los años 20. El
modelo basado en el monocultivo de
la vid y la elaboración de vinos
destinados al mercado nacional
siguió vigente. En el gobierno de
Federico Cantoni y luego en el de Aldo Cantoni se
produjeron cambios en la distribución de la
riqueza.
Los gobernadores bloquistas no modificaron la
estructura de la tenencia de la tierra o la
propiedad de las bodegas pero sí inauguraron una
nueva política impositiva que debió ser costeada
por los sectores de la producción. Con los nuevos
recursos se realizaron importantes obras publicas
y se destinaron medios a atender diversos recla-
mos sociales de los sectores populares.
En 1919, la provincia había calculado recaudar
como impuesto al vino $800.000. En 1924,
cuando gobierna Federico Cantoni, se recaudó
$1.685.000. Además se creó un impuesto a la uva
que antes no existía y que produjo $1.424.538. La
ley número 90 creó el impuesto a la uva
estableciéndolo en un centavo por kilo. En un
primer momento quedaron exceptuados de
pagarlo aquellos productores que poseían menos
de una hectárea. La ley 91 reguló la contribución
que debía pagar el vino y estableció sanciones
muy graves que aumentaban el impuesto en 10 o
20 veces su valor para los bodegueros que
hicieran falsas declaraciones.
Los sanjuaninos que nunca se habían
destacado por el cumplimiento de las leyes
impositivas comenzaron a pagar impuestos. En
1923, la provincia recaudó, por todo concepto, un
valor de $ 2.842.687; y en 1924 por $ 6.806.303.
De ser un estado famélico se pasó a un estado
rico en recursos propios.
Cuando en agosto de 1925 fue intervenida la
provincia por el gobierno nacional, el interventor
Eduardo Broquen no eliminó el tributo al vino,
pero dictó nuevas normas para su recaudación.
Esto permitió que una gran mayoría de bode-
gueros los evadiera.
El gobierno de Aldo Cantoni (1926 – 1928)
siguió las mismas pautas que el de su hermano
sólo que mejoró con creces la recaudación. En
1927 se calculó obtener recursos por un valor de
$10.794.000, en realidad se recaudó $13.829.511,
es decir, $3.000.000 más de lo que se había
proyectado. Solamente el impuesto al vino
produjo $6.178.964. Como era de esperarse la
recaudación por impuestos atrasados fue
excepcional.
Aldo Cantoni pudo contar con recursos que
eran 10 veces superiores a los de los gobiernos
de una década atrás. Esto le permitió continuar
con la obra iniciada en la administración de su
hermano Federico.
Una política tributaria tan decidida produjo
consecuencias que afectaron al sector productivo.
Las empresas, sobre todo las bodegas, se
descapitalizaron y no pudieron realizar las
inversiones que su propio mantenimiento requería.
Las protestas del sector afectado fueron
múltiples. En el gobierno de Federico Cantoni
algunos bodegueros llegaron a instrumentar el
cierre temporario de sus empresas como forma de
protesta. Se fundó la Liga de Defensa de la
Propiedad, el Comercio y la Industria. Como casi
siempre los reclamos de la oposición no eran ni
escuchados ni tolerados por el gobierno, se tomó la
decisión de transmitir los problemas a las
autoridades nacionales. Lo peor era, según muchos
productores, que "se les exigía de un año para otro
más del doble de los impuestos que se venían
pagando".
El ministro del Interior recibió en Buenos Aires a
una comisión representativa de los diversos
afectados. Estuvo integrada por miembros de la Liga
de Defensa, del Centro de Bodegueros, del de
Viñateros y representantes del Centro Vitivinícola
Nacional. El ministro se mostró tan conmovido que
escribió a Federico Cantoni expresándole su
preocupación por "una justificada alarma, ante una
situación que se le presenta bajo firmas autorizadas
y responsables como de ruina inmediata e
inevitable".
Durante la gobernación de Aldo Cantoni, los
problemas fueron los mismos y la consecuencia
también: la descapitalizacion de las empresas.
Además se sumaron a los reclamos los médicos
que, entre otros, fueron fuertemente gravados por
la ley de Patentes. La consecuencia del impuesto
que se les aplicó motivó que de los
aproximadamente 50 galenos que había en la
provincia, 19 cerraron sus consultorios y se fueron
de San Juan, otros 16 también cerraron pero se
quedaron viviendo en la provincia, 3 pagaron la
patente y 12 acataron la ley pero trabajaron gratis
en el hospital Rawson. Estos últimos eran todos
bloquistas.
Como el manejo de los impuestos era
esencialmente personal por parte del gobernador y
al no tener medios la oposición para controlarlos,
dio pie a que éstos afirmaran que en 1927 en
realidad no se habían recaudado $ 13.829.964
como afirmó el gobierno sino $ 32.570.000.
Aldo Cantoni fomentó la fruticultura. Se crearon
viveros especializados en Jáchal, Chimbas y sobre
todo en Iglesia. Se llegaron a repartir
gratuitamente 200.000 plantas de manzanos. En
La Azucarera de Cuyo
Este era el edificio de La Azucarera de Cuyo, con sus silos
para remolacha en primer plano. La instalación de este
industria —en Media Agua— fue muy cuestionada. Aunque
era una entidad privada —cuenta Susana T. Ramella de
Jefferies en su libro “El radicalismo bloquista en San Juan”—
“no cabe duda que su formación estuvo alentada, apoyada,
financiada en parte y protegida, por la obra de los gobiernos
bloquistas”. La fábrica terminó de instalarse a fines de 1928,
casi con el final del gobierno de Aldo Cantoni. Aunque su
rendimiento fue mucho menor de lo esperado, se llegaron a
elaborar 1500 bolsas de azúcar (105 toneladas) en 1928. En
1935, tras la quiebra de la sociedad, se vendieron las
máquinas al ingenio tucumano “La Azucarera del Norte”.
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