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JUAN CARLOS BATALLER - EDGARDO MENDOZA
LOS AÑOS 20 - LA VIDA INSTITUCIONAL
DOS SECTORES IRRECONCILIABLES
a década del 20 fue, sin duda, de
grandes cambios. Y no podía ser
de otra forma.
Por un lado, la ley Sáenz Peña
haciendo obligatorio el voto
masculino
había
producido
profundos cambios en el electorado.
Pero además, la presencia de Hipólito Yrigoyen
en la Nación con su afán de construir un poder ra-
dical en la provincia, sumado a la aparición del
cantonismo como fuerza representativa de los
nuevos actores sociales y políticos, iban a producir
tensiones en la tradicional sociedad sanjuanina.
El interventor Manuel Fenelón Escobar vino
con instrucciones muy precisas: crear las
condiciones para que el gobierno electo fuera afín
al gobierno nacional.
Y el objetivo se logró, aunque para ello se
debieran agotar todas las instancias conciliadoras
entre los grupos radicales que actuaban en la
provincia y los principales referentes —Federico
Cantoni, Alberto Vita y Ramón Barrera— debieran
acordar con el presidente Yrigoyen.
Es así como aparece en escena Amable
Jones, un descendiente de padre inglés, nacido
en San Juan, que treinta años atrás se fuera del
terruño para adquirir fama en Buenos Aires y el
exterior como médico siquiatra.
Amable Jones y Aquiles Castro integraron la
fórmula del consenso y el 9 de julio de 1920
asumieron sus cargos. Pronto los hechos
demostrarían que los acuerdos no eran sólidos.
Jones venía a gobernar con sus amigos y sólo le
preocupaba el respaldo del presidente de la
Nación. Poco a poco fue quedando aislado.
Los mayores problemas surgen en la
Legislatura. El radicalismo se divide y el sector
intransigente liderado por Federico Cantoni forma
bloque aparte: nace el bloquismo.
Jones, aislado y jaqueado, interviene las
cámaras, avasalla las autonomías municipales,
condiciona la Justicia.
La Cámara decide hacerle juicio político y
destituirlo, medida que desconoce el gobernador.
El tema San Juan llega a la Nación. San Juan
es intervenido pero el gobierno nacional se las
ingenia para sostener a Jones en una ficción de
poder que el 20 de noviembre de 1921 tiene un
desenlace trágico en La Rinconada, Pocito,
cuando Jones es asesinado (ver página 32).
El hecho sacude al país y la provincia es
intervenida. Cantoni y sus principales
lugartenientes están detenidos. Pero desde la
cárcel se impone en las elecciones de 1923 y el
12 de mayo la fórmula Federico Cantoni – Juan
Estrella asume el gobierno provincial.
La personalidad de Cantoni y los cambios que
introduce en el campo social –que se analizan por
separado- sellan una alianza indisoluble entre los
sectores emergentes de la sociedad y el líder
carismático. Las arbitrariedades –que las hubo—,
la sombra del trágico fin de Jones y los intereses
afectados, también consolidan un anticantonismo
que se mantendría por décadas. El 28 de julio de
1925 es intervenido San Juan y dos semanas más
tarde llega el interventor federal, el general
Eduardo Broquen. Terminaba un gobierno de
grandes obras públicas que posibilitó un mayor
bienestar de los sectores más humildes pero
afectó demasiado al sector vitivinícola, muy
poderoso como para ser ignorado.
Pero en la provincia se continuaba votando y el
7 de marzo de 1926 se realizan elecciones para
diputado nacional: arrasa nuevamente el
bloquismo, obteniendo el 63% de los votos
emitidos.
El 31 de octubre de 1926 se realizan las
elecciones de gobernador y la fórmula Aldo
Cantoni – Sigfredo Bazán Smith, obtiene el 74,3 %
de los votos emitidos.
Pero el enfrentamiento entre cantonistas y
anticantonistas estaba lejos de terminar. Y en la
noche del 30 de noviembre de 1926 se produce un
atentado contra el gobernador electo Aldo
Cantoni, salvándose éste de una muerte segura.
Pese a un intento de prorrogar la intervención
–que no prosperó—, el 6 de diciembre asume Aldo
la gobernación. El bloquismo está nuevamente en
el gobierno, con todos sus vicios y virtudes. Y entre
sus propuestas figura la reforma constitucional de
1927, la obra más interesante y perdurable del
bloquismo, que analizamos por separado.
El enfrentamiento de los Cantoni con el
gobierno nacional y en especial con Irigoyen era
una cuenta no saldada. El Parlamento no
reconoce el diploma de senador de Federico y de
Carlos Porto. Insiste la Legislatura provincial y
tampoco logra asumir su banca. Una nueva
intervención pedida especialmente por los
radicales que insistían en sus alegatos de que la
provincia vivía en un estado de permanente
anormalidad, con el crimen de Jones impune, la
supresión de la división de poderes y del régimen
municipal, impuestos confiscatorios y violencia.
A pesar que los grandes industriales
mantenían una actitud no tan opositora al
gobierno, desde que Yrigoyen es electo
nuevamente presidente en abril de 1928, los
bloquistas sabían que la intervención era una
alternativa más que probable. Al día siguiente de
asumir Yrigoyen, San Juan es intervenida. “La
intervención a San Juan no se funda, se manda”,
dijo por aquellos días un diputado nacional.
Y era así. Más que una intervención a San
Juan se trataba de una intervención a los Cantoni.
Y en diciembre de 1928 llega el interventor,
Modestino Pizarro quien fue recibido a tiros por
las dos fracciones radicales mientras en la plaza
25 de Mayo Aldo Cantoni vociferaba en un acto
público contra el interventor y el gobierno
nacional.
Pizarro venía con instrucciones precisas:
“regenerar a San Juan y sanear el ambiente co-
rrompido y sanguinario”. Su primera medida fue la
amnistía a los autores del atentado contra Aldo
Cantoni.
L
En San Juan, la violencia seguía reinando.
Año 1923. Federico Cantoni asume en Concepción. El nuevo gobernador,
que tenía 33 años, pasó de la cárcel a la Casa de Gobierno en poco tiempo.