Juan Carlos Bataller
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Anécdotas de la política sanjuanina
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ar”. Era necesario ir con los números bien afilados y exponer
los lineamientos generales de la política provincial. Llegó la
hora de la reunión y allí estaba el gobernador con su ministro.
—Les presento al ministro, el ingeniero Ricardo Videla.
Y “Ricardo Videla” habló como un peronista de la primera
hora, expuso los números de la provincia con gran precisión y
solicitó ayuda para las grandes realizaciones que necesitaba
San Juan: el dique de Ullum, diversificación de la economía,
Plan Huarpes de Promoción Industrial, fomento del cooperati-
vismo, etc., etc.
Habló con tanta convicción y tanto conocimiento que recibió
el aplauso más sostenido de la tarde de parte de sus colegas
ministros.
Por la noche, Camus invitó a comer a “su” ministro.
—Don Eloy, espero no haberme excedido esta tarde. Pero
creo que son las cosas que hacen falta en la provincia y
muchas de ellas ya están en marcha por lo que tenemos
que seguir peleando para que se concreten…
—Estuviste muy bien Ricardo. Yo siempre dije que vos sos
conservador pero rescatable…
El interlocutor era Ricardo Basualdo,
ministro de Economía de
Gómez Centurión, último gobernador de la Revolución
Argentina…
telegrama colacionado
D
e este hecho damos absoluta fe. Como que uno de los
protagonistas fue quien esto escribe que en aquellos años
–1973— era un joven periodista que se desempeñaba como
corresponsal del diario Clarín en San Juan.
Resulta que el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) había
secuestrado al apoderado del diario, doctor Sofovich y a cam-
bio de su vida exigía la publicación de una solicitada en pri-
mera página en el que desgranaban toda la parafernalia subver-
siva contra
“el brujo López Rega y su yerno Lastiri”,
que en
esos tiempos estaba a cargo del gobierno por la renuncia del
presidente Cámpora.
La reacción de la “pesada” de la Unión Obrera Metalúrgica no
se hizo esperar.
Mientras la CGT y la CGE ordenaban un boi-
cot publicitario contra Clarín, los
“muchachos”
de la UOM
tomaban por asalto la redacción del matutino en Buenos Aires
y volaban con bombas el frente que da a la calle Piedras.
Al día siguiente, una bomba estallaba en Rosario, volando la
agencia de Clarín en esa ciudad.