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JONES
Se acercó al auto y lo que vio le revolvió el
estómago.
En el interior del auto estaban los cuerpos
acribillados de Jones y Meglioli.
Escuchó la voz de su vecina del frente, doña
Rosaura Rivera viuda de Guerra.
—Aquí hay un hombre herido.
Era Humberto Bianchi, que se había refugia-
do en esa casa.
P
almira Agüero de Santi, había nacido
en San Juan 25 años atrás. Estaba
casada con Arturo Juan Santi y se
domiciliaba en Concepción, en la calle
Mendoza número 140. Era sobrina en segun-
do grado de Amable Jones.
Aquel 20 de noviembre se levantó temprano
y con su marido fueron a pasar el día a la
casa de su tío, Victoriano Agüero, en Pocito.
—Va a ir a almorzar el gobernador—,
le
había dicho su esposo.
Estaban preparando empanadas aquel día en
la casa de Victoriano
Serían las 12,30 cuando la tía Niamisa advir-
tió el ruido de un motor.
—Sentí, Palmira... debe ser el coche del
gobernador.
Las dos mujeres salieron a la puerta de calle
a esperar la llegada del auto.
—Se han parado frente a la casa de
Manuel
–dijo Niamisa mientras miraba hacía
el norte.
De pronto escucharon disparos.
—¿Qué pasa, tía?—
preguntó alarmada
Palmira.
Tras un instante de silencio se escuchó un
tiroteo prolongado. Las mujeres intentaron
ver que ocurría pero estaban a 250 metros del
lugar.
—Parece que es en la casa de Manuel –
dijo Niamisa quien comenzó a llorar.
Palmira comenzó a correr en dirección al
lugar del hecho, que comenzaba a cubrirse
por una humareda espesa, producto de los
disparos.
—Pará Palmira, no vayas que es muy peli-
groso —,
escuchó que gritaba Niamisa.
Palmira no hizo caso y continuó corriendo.
P
almira corría hacia la casa de su tío
Manuel.
Vio a lo lejos unos hombres que
Así quedo el automóvil. Esta foto
integraba el expediente judicial.
Han sido marcado algunos de los
impactos y señalado los puntos car-
dinales.
Don Juan Meglioli el empresario
brutalmente asesinado junto a Jones.