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JONES
Emilio Sancassani:
El plan era darle la voz
de alto al gobernador.
—¿Quien debía dar la voz de alto?
Emilio Sancassani:
Yo. Los demás debían
salir de la casa y rodear el auto.
—Pero usted estaba armado...
Emilio Sancassani:
Yo tenía un winchester
para intimidar al gobernador.
—Está bien. Si el gobernador se entregaba,
ustedes lo tomaban preso. ¿Y si no?
Emilio Sancassani:
La órden era que lo res-
petáramos.
—Mientras Sancassani montaba guardia...
¿qué hacían ustedes en la casa?
Alejandro Joanaci:
Estábamos almorzando.
—¿Ustedes habían llegado la noche ante-
rior?
Clavel:
El sábado, como a las 12 de la noche,
el chofer Juan de Dios Vazquez nos llevó
desde la Plaza 25 de mayo a Pocito, a la casa
de Benito Urcullu, a Tobares, a Joanaci y a
mi. De lo de Urcullu el auto nos trasladó a lo
de Miranda, quedando Urcullu en su casa con
Sancassani, Carrizo y Nebro.
—¿Iban armados?
Clavel:
Llevábamos un paquete de armas lar-
gas y municiones.
—¿Quién les había proporcionado el auto y
las armas?
Clavel:
supongo que Porto.
—¿Qué pasó con el auto?
Clavel:
Una vez que nos dejaron en lo de
Miranda, se fue a la casa de Sancassani. No se
que hizo el chofer Vazquez. Ni siquiera se si
tenía conocimiento de cuáles eran nuestros
planes.
—¿Usted Urcullu, los estaba esperando
desde temprano?
Urcullu:
Sí, debían llegar más temprano. Pero
lo hicieron como a las tres de la mañana.
Cuando ellos llegaron, nos fuimos todos a lo
de Miranda, donde éste nos esperaba con los
hermanos Peña Zapata.
—¿Como llegaron ustedes a la casa de
Miranda:
José María Peña Zapata:
Con mi hermano
llegamos a la casa como a las 10 de la noche
del sábado. Como vivíamos en Pocito, fuimos
por nuestra cuenta:
—¿También iban armados?
Peña Zapata:
Llevábamos revólveres.
—¿Quién se los había dado?
Peña Zapata:
Eran nuestros. Siempre los lle-
vábamos con nosotros.
—Me interesaría ahora que, con la mayor
precisión posible me contaran ahora el
hecho en sí. Usted, Sancassani, dice que
estaba haciendo guardia en la puerta de la
“Desde las 10 de la mañana
más o menos estaba yo afuera,
esperando, con un winchester
en la mano.... Como a las 12
y 40 veo venir un automóvil de
regular tamaño en el que
viajaban Jones, Bianchi,
Colombo, el chofer y una
persona que no conocía”.