137
JONES
vivienda de Miranda...
Sancasani:
Sí, desde las 10 de la mañana más
o menos estaba yo afuera, esperando, con un
winchester en la mano.... Como a las 12 y 40
veo venir un automóvil de regular tamaño en
el que viajaban Jones, Bianchi, Colombo, el
chofer y una persona que no conocía. El auto
se había detenido en lo de Agüero. Cuando
retomaron la marcha me puse delante del auto,
a un costado, llevando el arma en la mano
pero sin apuntar y les dije: “Alto, dense pre-
sos”.
—¿Usted no disparó en ningún momento?
Sancassani:
No, desde el auto comenzaron a
disparar Bianchi y Colombo.
-¿Con qué disparaban?
Sancassani:
Con pistolas, no se si eran
Browving o Maulicher.
—¿Alguno de los tiros lo hirió?
Sancassani:
Al cuarto disparo que hizo,
Colombo me hirió en la pierna izquierda,
junto a la ingle. Ni siquiera pude defenderme
porque caí al suelo. Desde el piso pude ver
como Manuel Aguero me hacía fuego desde
una ventana vecina y Miguel Bustos también
tenía un arma en la mano. En ese momento
perdí el conocimiento.
Tobares:
Nosotros estábamos adentro almor-
zando. En eso sentimos la voz de Sancassani
que decía “Alto, dense presos” y unos tiros
de revólver, que debían partir del auto porque
Sancasani tenía un Winchester. Al sentir esto
tomamos las armas y salimos por dos puertas.
Al salir vimos a Sancassani herido, en el
suelo, mientras desde el auto le seguían dis-
parando, lo mismo que desde la casa vecina.
En ese momento hicimos fuego sobre el auto-
movil.
Clavel:
Sancassani estaba en el piso y decía:
“muchachos, me han herido”. Todos dispara-
mos contra el auto, que estaba en movimien-
to. Este perdió su dirección y fue a parar en
un desagüe, donde detuvo su marcha.
José María Peña Zapata:
Yo ignoraba quie-
nes iban en el auto. Sólo vi que disparaban y
que Sancassani estaba herido.
Ricardo Peña Zapata:
Yo vi que del auto
salía una persona disparando. Y vi caer a dos
de los que estaban en el interior del vehículo.
Urcullu:
Como yo no tenía arma ya que
había dejado el revólver adentro de la casa,
me dediqué a atender a Sancassani, que esta-
ba herido.
Clavel:
Terminado el tiroteo nos acercamos
al auto, donde habían dos o tres caídos. A
uno de los muchachos lo escuché decir: “Este
es Jones. Lo matamos”.
—¿Qué hicieron, entonces?
Tobares:
nos fuimos todos a la casa de
Sancassani, a quien, por estar herido, lo ayu-
dábamos a caminar asentando un solo pie.
Clavel:
Ibamos gritando: “Viva la revolución,
viva la patria”.
“Nosotros estábamos
adentro almorzando.
En eso sentimos la voz de
Sancassani que decía “Alto,
dense presos” y unos tiros
de revolver, que debían
partir del auto porque
Sancasani tenía un
Winchester”.
Ilustraciones: Miguel Camporro