Jueves 29 de marzo de 2018
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LE PASÓ A UNA DOCENTE JUBILADA, PERO NO ES EL ÚNICO CASO
Se presentaba como
empleado de ANSES,
decía que la víctima tenía
un monto a cobrar pero
debía pagar sellado. Le
sacó $300 a una docente
y sabía todos los datos
del círculo familiar.
C
uentos del tío hay muchos
y cada día se actualizan. Y
no solo es sorprendente la
capacidad de imaginación de los
delincuentes, sino los datos que
manejan respecto de la persona
que se transformará en víctima.
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Ese es el drama que vivió una do-
cente jubilada que fue engañada
por un hombre que dijo ser de
ANSES, que le informó que el or-
ganismo tenía una deuda con ella,
cuyo monto era importante, pero
que debía pagar un sellado para
poder cobrar. La mujer, a quien to-
maron por sorpresa, quedó atra-
pada en la red tendida por el hábil
estafador y, aunque fue estafada,
le salió barato.
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Vicky Gravano es una docente jubi-
lada. No percibe un monto grande,
no está bien de salud, razón por la
cual se dializa tres veces a la se-
mana. El estafador llegó hasta el
domicilio de Vicky, entró hasta el
final del condominio donde vive –
no sabe cómo- tocó a la puerta y
empezó a ejecutar su plan dialéc-
tico.
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Según la víctima, sabía todos los
movimientos, nombre de herma-
nos, dónde estaba en ese mo-
mento uno de ellos. Era tal el nivel
de información que manejaba, que
hasta sabía que tenía un hermano
fallecido y cómo le decían en el
círculo íntimo de la familia. Lo cu-
rioso es que la víctima no conocía
al victimario.
La publicación
en Facebook
Vicky, cargada de impotencia, deci-
dió contar a través de las redes lo
sucedido y días más tarde también
aceptó una entrevista con
El Nuevo Diario
.
—¿Cómo llega esta persona hasta
usted?
—Vivo en un PH, en el último departa-
mento, entró hasta el fondo y golpeó la
puerta. Estaba muy bien vestido. Lo pri-
mero que dijo fue “vengo a saludar a la
mejor maestra del mundo”, primer dato
llamativo, sabía que era docente. Luego
me dice quién era y me aclara que venía
de parte de la maestra con la cual me
juntaba todos los recreos a conversar,
Mariana. Efectivamente era así.
También me dijo que ANSES me debía
65 mil pesos, que estaba para cobrar y
como él era gestor, me iba a traer la
orden de pago, pero debía pagar el se-
llado, algo de 2 mil pesos, plata que no
tenía.
—El nivel de información que mane-
jaba sobre su vida era demasiado.
—Por supuesto, le cuento que por ejem-
plo cuando nos dirigíamos hacia afuera,
él me ofreció su brazo para que me apo-
yara y poder caminar, sabía que tengo
dificultades para desplazarme. Sabía
todo. Siempre dije que no iba a caer en
eso porque no daba información pero no
hizo falta, sabía todo. Le dije que fuéra-
mos hasta el departamento de mi her-
mano y me respondió que no estaba,
que había ido hasta la obra social. Efec-
tivamente era así.
—¿Usted le dio el dinero?
—Le dije que no tenía ese monto, que
solo tenía 300 pesos, a lo que respondió
que se los diera y que el ponía el resto y
cuando cobrara me lo descontaba. Por
supuesto que se llevó la plata y desapa-
reció. El tema es que era el último dinero
que me quedaba hasta cobrar. Pero me
preocupa otra cosa, no el dinero, sino
toda la información que manejaba, hasta
datos muy nuestros, por ejemplo, cómo
le decíamos a mi hermano. O sea que
averiguan todo de la familia y luego ac-
túan.
—¿Conoce que hayan otros casos si-
milares?
—Sí, tres casos anteriores, uno de ellos
a una señora que vive a la vuelta del
CIMAC, a esa mujer le sacaron alrededor
de 200 mil pesos.
Cuento del tío: estafadores conocen
cada vez más datos de sus víctimas
VICKY GRAVANO – VÍCTIMA
“No me preocupa el dinero, sino la información que manejan”
