Viernes 1 de abril de 2016
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DANIEL CEREZO, MÚSICO Y PSICÓLOGO SOCIAL
El sanjuanino que se crió
en una villa y llegó a
ser gerente de Felicidad
Un innovador en el tema de recursos humanos, trabajó para
multinacionales, da conferencias en diferentes partes del mundo
y sus charlas sobre la pobreza son furor en la web. Fue uno de
los invitados a un encuentro con el presidente Barack Obama.
“Estuve en un almuerzo con Obama y
decía: Soy de San Juan y nadie de
allá sabe que estoy acá”,
son las pri-
meras palabras que Daniel Eduardo Ce-
rezo, músico y psicólogo social, creador
de la empresa Creer Hacer, pronuncia
en esta entrevista. La primera que un
medio de San Juan le hace a un este
emprendedor nacido aquí, quien en el
año 2014 revolucionó la web a partir de
su charla TED sobre la pobreza.
Consultor de empresas internacionales y
conferencista, es común ver a Daniel
ofreciendo sus charlas motivacionales y
de liderazgo por diferentes partes de Ar-
gentina y el mundo, sin embargo nunca
hasta ahora pudo brindar una en San
Juan y para él ésa es una materia pen-
diente.
Daniel se crió en una villa del Bajo Bou-
logne (muy cerca de donde vive hoy) en
Buenos Aires, provincia a la que llegó
junto a sus padres, Zulema y Orlando, y
sus hermanos Ernesto, Mariela, Marcela,
Mauricio y Oscar en busca de un futuro
mejor en 1983. A Orlando le habían ofre-
cido un “exitoso” trabajo, que no fue tal, y
en lugar de una mejor calidad de vida, en
1990 encontró la muerte a los 38 años,
dejando a su familia totalmente desam-
parada.
Para poder sobrevivir junto a sus hijos,
Zulema usurpó un terreno y como pudo
construyó una casita que los albergara.
Trabajaba como portera y los chicos,
vendían lo que podían para reunir el di-
nero con que mantenerse.
“A veces no
teníamos ni para comer. Sólo agua y
pan
”,
cuenta hoy.
A Daniel, el quinto de los hermanos, le
apasionaba la música y soñaba con ser
“Gladys, la bomba tucumana”. Conocía
y cantaba todos los temas, pero en el
contexto de pobreza donde vivía, pen-
sar en estudiar música era una utopía.
A los 9 años, uno de sus mejores ami-
gos, Edgardo, le contó que su mamá
trabajaba en una ONG donde ofrecían
clases de música gratis.
Un sábado, Daniel reunió coraje y a las
9 de la mañana en punto estaba ante
Liliana Alpern, una concertista de piano
que dictaba clases gratuitamente en con-
textos vulnerables. Liliana no conocía los
temas de Gladys, pero en lugar de juzgar
los gustos musicales de Daniel, lo incen-
tivó para que trajera un casette. Ese fue el
comienzo. Cuando ya no le quedaba un
solo tema por aprender de su amplia
gama de bandas y solistas de música tro-
pical preferidos, Liliana le dijo: “¿Sabés
que con los mismos acordes podés tocar
Beethoven?”. Hasta ese momento, para
Daniel, Beethoven era el perro de la pelí-
cula del mismo nombre. Pero escuchó
“Para Elisa” y fue el disparador para em-
prender esta carrera de superación que lo
tiene hoy como protagonista.
“Yo soy
músico. Amo la música”
, dice hoy con-
vencido de que Liliana le dio la oportuni-
dad de liderar su propio proyecto de vida.
“Para dar, no hace falta que tengas
nada en los bolsillos. Solo hace falta
tener ganas
”, fue la enseñanza que le
dejó Liliana. Y así, con 14 años ya era
“profesor” dentro de la Fundación Crear
Vale la Pena, donde fue alumno, docente,
coordinador y director ejecutivo. Pasó por
“
”
Estuve en un almuerzo con Obama y era el
único sanjuanino que estaba. Estoy con Obama
y nadie en San Juan lo sabe, pensaba.
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Una nota de
Betty Puga