Viernes 1 de abril de 2016
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varias ONG hasta que en una charla del
programa Líderes de CREA (Consorcio
Regional de Experimentación Agrícola,
que reúne a un sector muy importante
del campo argentino) conoció a Tomás
Pando, propietario de la fábrica de alpar-
gatas Las Paez, quien le ofreció ser el
gerente de Recursos Humanos de la
empresa.
Tomás le dio otra oportunidad: la de
poner en práctica su profundo sentido
del oído, de escuchar a la gente y reco-
nocer sus deseos. Al poco tiempo, la ge-
rencia de RRHH pasó a llamarse
“de
Cultura y Felicidad”
y a través de ella,
Daniel se dedicaba a “pensar proyectos
que tenían que ver con cómo poder
acompañar a cualquier miembro de
nuestra compañía a buscar la felicidad,
a que su trabajo sea profesional, y a la
vez, le permita desarrollar otras cosas,
un proyecto de vida, darles valores,
charlas que los inspiren a otras cosas”.
Ahora, junto a tres amigos (Marcela
Agustoni, Luis Gonzalez Venzano y Luis
María Vedoya), Daniel dirige su propia
empresa de carácter social Creer Hacer,
con la que crea espacios de encuentro
con personas de diversos orígenes, sec-
tores y regiones para realizar la integra-
ción efectiva y la transformación social
permanente.
Trabaja con empresas como Swiss Me-
dical, DirecTV, Farmacity, Universidad
del Siglo XXI, y dio charlas para Coca
Cola, entre otras, pero también con vi-
llas, barrios, uniones vecinales y ONG
como parte de su incansable deseo de
brindar oportunidades, las mismas que
le dieron a él.
—Tanto en la charla TED como en
todas las notas que te hicieron en los
medios nacionales a partir de ella,
decís que sos de San Juan, pero
hasta ahora nunca pudiste dar una
charla aquí o traer tu proyecto…
—Estuve en el almuerzo con Obama y
era el único sanjuanino que estaba.
Estoy con Obama y nadie en San Juan
lo sabe, pensaba. Siempre nombro a
San Juan, tengo toda mi familia allá. Es-
tuve en enero de vacaciones allá, pero
nunca, nunca, logré hacer nada profe-
sionalmente. Di conferencias por todo el
país, afuera, pero nunca pude dar una
en San Juan, no sé por qué.
—Esta entrevista quizás sea la opor-
tunidad para que te conozcan...
—Toda mi familia está en San Juan. Mi
única familia en Buenos Aires son mis
hermanos, aunque uno está viviendo
allá. En San Juan están mis tíos, Al-
berto “Momo” Merlo y Manuel “Tata”
Merlo, hermanos de mi mamá, y toda
la familia de mi papá, con la que perdi-
mos un poco de contacto luego de que
él murió. En todo lo que hago cuento
que soy de San Juan.
—Creciste en una villa, podrías
haber sido un niño marginado más,
sin embargo lograste armar un pro-
yecto de vida superador. ¿Cómo lo
descubriste?
—No sé bien. Cuando empecé a tomar
clases de piano, que era un instru-
mento de elite, me llamó la atención
que una persona me diera clases de
piano a mí. Pero cuando dejé de pen-
sar que yo era una persona destinada
al fracaso, vi que otra realidad era po-
sible. Liliana era totalmente solidaria
conmigo y entendí que ser pobre eco-
nómico no tiene que ver con el ham-
bre, lo peor es no ser digno, no ser
feliz. Cuando me di cuenta, se lo agra-
decí. El contexto no tiene nada que ver
con lo que uno es o puede llegar a ser.
Liliana me dio la oportunidad de liderar
mi proyecto de vida. Eso es lo intere-
sante saber cómo brindar una oportu-
nidad. Quizás por eso intento devolver
lo que me dieron. Yo pensaba que la
pobreza era vivir en el barrio que vivía,
no tener para cenar; y con el tiempo
me di cuenta que ésa es un tipo de po-
breza, la pobreza económica; después
me di cuenta que la mayor riqueza es
la de compartir, la de generar proyec-
tos con otros, la de dar, me di cuenta
que no hay peor pobreza que la po-
breza humana.
—Con 14 años, pasaste de estar en
la calle a ser el “profe de música” y
a los 20, comenzaste a estudiar psi-
cología. A veces, un título universi-
tario es una posibilidad de ascenso
social, ¿cuál fue tu motivación para
llegar a la universidad?
—En un momento tuve una gran nece-
sidad de adquirir herramientas para se-
guir haciendo lo que ya hacía. Fijate
vos, entre los 11 y los 14 años, en la
edad más complicada, más vulnerable,
más frágil, yo tenía una institución que
me contenía y una familia que me con-
tenía. A esa edad la escuela, todavía
contenía; hoy ya está fragmentada. Es
importante que las personas trabajen
con instituciones para generar en los
jóvenes oportunidad de protagonismo.
Cuando generás proyectos para que
los jóvenes puedan debatir, de los que
sean protagonistas, se produce el
cambio.
—El sistema educativo hoy es el
mismo creado por Sarmiento hace
200 años. La educación argentina es
academicista, genera desigualda-
des, no forma para la vida.
—Los jóvenes y adolescente vulnera-
bles pueden cambiar si el proyecto
cambia. Yo veía a la universidad como
una necesidad de poder tener herra-
mientas para lo quería hacer, para for-
talecer lo que hacía, los valores, lo que
a mí me apasionaba. Los padres hoy
les dicen a los jóvenes que su obliga-
ción es estudiar, cuando en realidad es
un camino para poder ser libres, de
poder elegir, que no sea un mandato
familiar. Yo entendí que el contexto te
hace texto y aprendí a pensar sobre lo
que ya venía haciendo: generar víncu-
los, ser empático, acompañar al otro.
Después me especialicé en educación
popular y me partió la cabeza descu-
brir a Paulo Freire.
—Muchas veces la vocación de los
jóvenes no pasa por ser abogado,
sino un excelente plomero…
—Fijate vos, a veces uno estudia con-
tador o abogado porque su padre o su
madre lo son o quieren que lo seas y
quizás le gustaría seguir un oficio, ser
mecánico, pero terminan reprodu-
ciendo los mandatos. Hay que lograr
que el estudio, la profesión, el oficio,
estén ligados a la pasión, a lo que uno
le gusta, más que al mandato, a lo que
traemos.
—¿El asistencialismo ayuda a gene-
rar proyectos de vida, a buscar el
“
”
Cuando dejé de
pensar que yo era una
persona destinada al
fracaso, vi que otra
realidad era posible
“En los contextos de pobreza económica
se pueden poner en valor las riquezas so-
ciales y los valores culturales, empode-
rando a líderes emergentes que
transforman realidades”.
“La pobreza poco tiene que ver con lo
económico, sino con lo que hacés vos
para proyectar tu proyecto de vida, que
hacés vos para poder decir quien sos
sin importar el título, ni el cargo que ten-
gas en una empresa sino quien sos
como persona
.”
“Existen múltiples pobrezas, y quien se
cree que por ocupar una gerencia o estar
en tal lado tiene más derechos que otros,
es una persona pobre. En todos lados hay
carencias tremendas”
“La peor pobreza es la incapacidad de
proyectarse”
“No hay peor pobreza que la pobreza hu-
mana. No hagan que su vida sea una vida
pobre”
La pobreza
El sanjuanino que se crió en una villa...
Las miles de
personas que
escucharon la
charla TED
de Daniel
sobre la po-
breza, aplau-
dieron de pie
y totalmente
conmovidas
al final de la
disertación.
Zulema
Merlo y Or-
lando Ce-
rezo, los
padres de
Daniel, en la
foto que pre-
sentó en la
charla TED.
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