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sanjuaninos...
Viernes 18 de mayo de 2018
años
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EMAR ACOSTA
A
bogada y política, Emar
Acosta llegó a ser dipu-
tada por San Juan en
1934 y se convirtió así en la pri-
mera mujer del país y de Lati-
noamérica en ocupar una banca
parlamentaria. En mérito a este
hecho, el Auditorio del Senado
de la Nación lleva su nombre.
Acosta nació en La Rioja el 22
de agosto de 1900 y con 26
años se recibió de abogada en
Buenos Aires. Obtenido el título,
se radicó en San Juan, obtuvo la
matrícula Nro. 1 del Foro de
Abogados y llegó a ser juez de la
provincia. Durante el gobierno de
Cantoni ocupó el cargo de De-
fensora de Menores y, partidaria
de la educación laica y el divor-
cio, bregó por la protección a la
maternidad y a la niñez y se dis-
tinguió por la defensa de los de-
rechos de la mujer.
Por su iniciativa se creó el Patro-
nato de Presos y Liberados y el
Patronato de Menores de San
Juan, se nacionalizó la Escuela
Hogar Agrícola, nacieron come-
dores populares, hubo defensa
de los salarios, fueron construi-
das viviendas para obreros, se
reformaron los códigos provin-
ciales y se formó de un consulto-
rio médico ambulante.
Fundó la Asociación de Cultura
Cívica de la Mujer Sanjuanina,
fue docente en el Liceo de Seño-
ritas y en el Colegio Nacional de
San Juan y presidió el
Colegio de Abogados
de San Juan.
Aunque en un principio
estuvo afiliada a la
Unión Cívica Radical
Bloquista, fue electa
diputada por el Partido
Demócrata Nacional y
tras cumplirse su primer
mandato. fue electa nue-
vamente a fines de 1941.
En su nueva gestión dirigió
la transformación del Banco
de la Provincia de San Juan –
hasta entonces estatal– en una
entidad mixta, pero este se-
gundo mandato fue interrum-
pido por el golpe de Estado de
junio de 1943. En su combativa
gestión, fue arrestada varias
veces a pesar de sus fueros.
En 1951 volvió a ser candidata
a senadora nacional, pero fue
derrotada por el partido que le
otorgó el derecho al voto.
Acosta falleció en San Juan en
1965.
Voto femenino
Para que Emar Acosta quedara
en la historia como la primera
legisladora, hubo un hecho an-
terior que lo permitió: la Consti-
tución sanjuanina de 1927
sancionó para las mujeres los
mismos derechos y obligacio-
nes electorales que para los
ALBERTO PODESTÁ
El “Gardelito” sanjuanino
A
lejandro Washington Alé nació el 22 de
septiembre de 1924 en San Juan pero
nadie lo va a recordar con ese nom-
bre. Para todos, fue Alberto Podestá, el tan-
guero de larga trayectoria que falleció a los 91
años.
Alberto sabe lo que es trabajar desde chico.
Huérfano de padre, pudo estudiar sólo hasta
sexto grado.
De chico lo apodaron “Gardelito” y a los 15
años ya estaba en Buenos Aires buscando
abrirse camino.
En la orquesta de Miguel Caló llegó su primera
oportunidad y trabajaba en cabaret, teatros y
una academia de tango. En ese entonces su
nombre artístico era Juan Carlos Morel hasta
que el músico Carlos di Sarli lo contrató y le
definió su nombre artístico por el que es cono-
cido, Alberto Podestá.
En 1945 se formó una orquesta dirigida por En-
rique Mario Francini y Armando Pontier, en
donde Alberto Podestá fue cantor, a quien
pronto acompañó el reconocido Julio Sosa, de
quien fue íntimo amigo.
Fue nombrado Académico de Honor por la Aca-
demia Nacional del Tango de la Argentina.
Entre 1967 y 1970 se radicó en Chile, donde
continuó su carrera recorriendo casi toda Amé-
rica. Registró aproximadamente 500 grabacio-
nes y se destacó en el teatro.
Diputada pionera
en Argentina y
Latinoamérica
La primera
intendenta en
Sudamérica
P
ara la historia, Eva Araya de Collado fue
la primera intendenta de Sudamérica.
Ocurrió en Calingasta en 1928.
La provincia tenía desde 1927 una nueva Consti-
tución, que consagraba el voto femenino. Las
mujeres votaron por primera vez en San Juan, y
en la Argentina, el 8 de abril de 1928, y Eva
Araya Pocous de Collado fue designada comisio-
nada en Calingasta por el gobierno de Cantoni.
En esa elección también se comisionó a Emilia
Correa de Johnson en otro de los municipios y
Dora Castellano de Merlo fue electa la primera
mujer concejal de La Capital.
Es que la Ley Orgánica Municipal de San Juan,
aprobada en 1908, no hacía diferenciación de
sexo al establecer que los contribuyentes de
tasas e impuestos municipales, mayores de 18
años, podían ser electores y presentarse como
candidatos en el ámbito local.
Fue un privilegio para la mujer sanjuanina. La de-
signación abrió las puertas de la función pública a
las mujeres no sólo en la Argentina sino también
fue un ejemplo para toda América Latina.
hombres, mucho antes que lo hi-
ciera la Nación en 1947. En el
nuevo texto constitucional, las
mujeres no sólo tenían derecho
a votar sino a ser elegidas para
desempeñar cargos públicos.
En abril de 1928 las mujeres tu-
vieron ocasión de estrenar sus li-
bretas cívicas y dieron una
sorpresa: votó 97% de las ins-
criptas (cerca de 30.000 muje-
res), frente a 90% de los
varones.
Así, una mujer - Eva Araya de
Collado- fue elegida intendenta
de Calingasta en 1928 y otra,
Ema Acosta, diputada en 1934.
EVA ARAYA DE COLLADO