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EL SIGLO XX EN SAN JUAN
LOS AÑOS 80
as nuevas tecnologías y el abara-
tamiento de los procesos de
producción iniciaron en la segunda
mitad de los años ‘80 lo que dio en
llamarse “la revolución de los medios
de comunicación”, proceso que está aun en
plena vigencia y transformación permanente.
Hasta 1986 existieron en San Juan pocos me-
dios informativos. El poder de la información
estaba concentrado en sólo tres radios que
emitían en amplitud modulada –las radios Colón,
Sar-miento y Nacional, ésta bajo control estatal—
, el Diario de Cuyo y Canal 8, a los que se
sumaba el semanario El Viñatero.
Era evidente que la gente reclamaba otras
voces y una prueba de ello lo constituyó el
protagonismo que tuvo en las elecciones de
1985 el programa de radio nacional “Radio
Abierta” y un semanario que luego cambiaría su
nombre, “El Expreso de las Noticias”, ambos
críticos al go-bierno bloquista de entonces.
En 1986 comienza –decíamos- el proceso de
transformación con la aparición en escena de El
Nuevo Diario que pronto aumentó sus ediciones a
dos salidas semanales para luego aparecer todos
los días a lo que se sumó la primera estación de
frecuencia modulada –FM Líder— y la televisión por
cable con Televisora del Oeste (TVO).
Se sumarían luego otras emisoras FM, como
Colón, Light, Nacional FM y San Martín en la
Capital, Vida, en Caucete, Sur y Libertad en Raw-
son, Amanecer, en Concepción, Rio en Chimbas,
Armonía en Trinidad. Paralelamente se instalaban
las emisoras de frontera radio Calingasta y
Nacional de Jáchal.
Pero el fenómeno de las FM no se agotó en esos
años sino que se profundizó en la década siguiente
surgiendo decenas de emisoras en todos los ba-
rrios y departamentos.
Paralelamente, surgieron otros semanarios, en
muchos casos proyectos unipersonales, que am-
pliaron el espectro informativo.
Fue así como San Juan, al igual que el resto del
país, vivió al mismo tiempo tres procesos de
cambio. Por un lado, una creciente concentración
de medios grandes en lo que se dio en llamar la
creación de los multimedios. Por el otro, una proli-
feración de medios y aparición de nuevas formas
de comunicación. Y en tercer término, la
aparición de medios dirigidos a un público
localizado ya sea en barrios o departamentos o
temáticas.
Casi paralelamente a este proceso surge una
nueva forma de difusión, el video hogareño.
Pronto San Juan se puebla de video clubes que
dirigen su oferta a un mercado integrado por
alrededor de 40 mil videocaseteras cuyos pro-
pietarios consumen un promedio de dos
películas semanales.
Tan fenomenal avance de los medios debía
tener lógicamente su contrapartida perdedora. Y
en este caso las principales víctimas fueron los
cines. Con lo que se transforman los hábitos
sociales. La familia –en especial los mayores—
prefieren permanecer en casa viendo una película
de video o la televisión por cable, reduciendo sus
salidas a la confitería o los espectáculos. Sólo un
cine quedó en la ciudad en un fenómeno que se
repitió en todo el país hasta que aparecieron los
LA REVOLUCION DE LOS MEDIOS
L
Entre los años 1983, 1984 y 1985, es decir
los años previos a la sanción de la ley de
Divorcio, se presentaron en los tribunales
sanjuaninos 993 causas de divorcio, lo que
equi-vale a casi una por día.
Por aquel entonces la simple separación de
cuerpos, que permitía la legislación, se de-
nominaba divorcio aun cuando los efectos
jurídicos no alcanzaban al vínculo por lo que
los ex esposos no podían volver a casarse
ante las leyes argentinas. Algunos lo hacían en
otros países pero para la ley vigente eran sólo
uniones de hecho o concubinatos.
En 1986 se contrajeron en la provincia
alrededor de 3.500 matrimonios por lo que
oficialmente se reconocía que el 9 por ciento
de esas uniones fracasaba.
Una investigación realizada por El Nuevo
Diario en aquellos días explicaba que de
acuerdo a consultas realizadas, estas cifras
oficiales eran muy inferiores a las que
indicaban la realidad ya que al no poder
contraer nuevamente matrimonio sólo una
parte de las parejas que se separaban
iniciaban los trámites legales.
Una estimación más cercana a la realidad
indicaba en 1986 que el 21 por ciento de las
parejas que contraían matrimonio terminaban
separadas.
EL DIVORCIO ANTES
DEL DIVORCIO
a violación de dos jóvenes porteñas que
pasaban sus vacaciones en San Juan,
ocurrida en el verano de 1988, se
transformó en el caso policial más
resonante de la década.
Independientemente del hecho, aberrante de por
sí, es indudable que otras cosas influyeron para que
el caso adquiriera tal relevancia. Por un lado la
sensación de que “no se informaba toda la verdad”
o que “había tras el hecho algunos hijos del poder”,
lo que no fue cierto, sumado a un momento muy
particular en el que la mujer luchaba por un nuevo
protagonismo en la democracia –comenzaba a
propo-nerse el “cupo” femenino en las listas de
candidatos— hizo que, inmediatamente se supiera
que las dos jóvenes habían sido violadas en las
inmediaciones del balneario el Pinar, la avidez por
noticias sobre el caso fuera en aumento.
Pronto se conocieron las identidades de los
participantes en el hecho y algunos de ellos fueron
detenidos. Se trataba de jóvenes que tenían entre
17 y 20 años, algunos de los cuales eran conocidos
de las chicas. Y se sucedieron las manifestaciones
en los tribunales, donde muchas mujeres concu-
rrieron portando carteles en los que se exigía el
castigo de los culpables.
El caso mantuvo su vigencia en los años si-
guientes y los ánimos de la gente se exacerbaron
cuando el juez interviniente decretó la nulidad del
proceso por errores de procedimiento, lo que le
valió la destitución.
Recién en la década del 90 se producirían las
primeras sentencias y mientras algunos de aquellos
jóvenes cumplen aún sus penas, otros
desaparecieron de la provincia.
EL CASO PINAR
L
Las
manifestaciones,
especialmente de
mujeres que
reclamaban justicia
fueron comunes
durante el Caso
1...,68,69,70,71,72,73,74,75,76,77 79,80,81,82,83,84,85,86,87,88,...96
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