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JUAN CARLOS BATALLER - EDGARDO MENDOZA
LOS AÑOS 90
DIEZ AÑOS DE GRANDES CAMBIOS
LA NOCHE JOVEN
E
n una era de grandes cambios, de mer-
cado globalizado y con la presencia de
decenas de medios de comunicación,
es fácil suponer las transformaciones
que se produjeron en los hábitos de los
sanjuaninos.
Digamos que estos cambios no surgieron por
condicionamientos de la geografía, el clima o las
características del habitante sino que en su gran
mayoría respondieron a pautas comunes impues-
tas casi como patrones insoslayables que adop-
tan tanto las grandes urbes como las pequeñas
poblaciones.
Veamos algunos de esos cambios.
Igual que en las décadas anteriores fue des-
tacable la incorporación de la mujer a la vida
laboral y social, en esta fue notoria la de los
jóvenes. La noche sanjuanina cambió de prota-
gonistas. Surgieron locales nocturnos y diferen-
tes puntos de reunión (desde estaciones de ser-
vicio a kioscos que atendían las 24 horas) que a
partir de la medianoche y hasta que amanecía,
albergaban a jóvenes de 15 o 16 años sin que
tuvieran resultados prácticos las medidas para
restringir horarios.
Mientras los mayores optaban por las salidas
a cenar o las reuniones en casas y quintas, con
lo que desaparecieron las antiguar “boites” y
salas de espectáculos, la oferta se concentró en
los jóvenes. Fue común que la actividad en las
discotecas se iniciara a partir de las 2 de la
mañana y que los mismos automóviles que en
las horas diurnas llevaban a sus padres al traba-
jo, por las noches, especialmente los fines de
semanas, circularan a otras velocidades condu-
cidos por manos jóvenes.
Los años ’90 trajeron, entre otras cosas, los hipermercados a San Juan.
Estas nuevas formas de comercialización representaron un cambio sustan-
cial para el comercio local que se tradujo en distintas consecuencias. Por un
lado representaron una oferta más variada de los productos y en muchos
casos, una disminución de los precios. Por el otro, significaron el cierre de
muchos comercios pequeños que quedaron fuera de competencia. Los
hiper, como ocurrió en otras partes, indujeron cambios en los hábitos, al
ampliar los horarios de atención al público rompiendo con la tradicional sies-
ta sanjuanina, atender los siete días de la semana y agregar patios de comi-
da a sus locales, todos con gran aceptación por parte de la gente.
LLEGAN LOS HIPER
EL CONSUMO
La estabilidad económica posibilitó la aparición del crédito –aunque caro- y
se masificó el uso de las tarjetas tanto internacionales como locales y hasta pro-
pias de algunos grandes comercios. Esto hizo que aumentaran considerable-
mente las ventas de artículos electrodomésticos y computadoras y que se tripli-
cara la venta de automóviles a pesar de que en amplios sectores de la sociedad
aumentaba la pobreza. Los viajes al exterior continuaron siendo una opción
atractiva para sectores de la sociedad.
En la moda también se advirtió una ten-
dencia a resaltar la juventud. Se achicaron
los talles exaltando la delgadez como un
valor social y se impusieron definitivamente
las marcas –en su mayoría internacionales-
tanto en la vestimenta como en el calzado,
las bebidas, los cigarrillos, los artículos
deportivos o la cosmética.
El teléfono celular pasó a ser un fenó-
meno de culto a la vez que –salvo fenóme-
nos aislados como el del folclore joven,
también inducido- la música fue adquirien-
do cada vez más características propias de
un mercado globalizado.
LA
MODA