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JUAN CARLOS BATALLER - EDGARDO MENDOZA
LOS AÑOS 80
MALVINAS
os sanjuaninos vivieron con
intensidad el drama de Malvinas. El
primero de abril de 1982 comenzó a
exhibirse en el cine Gran Rex una
película premonitoria. Era “Regreso
sin gloria”, con Jane Fonda y John
Voigtht, el film que mostraba la
vuelta a casa de un soldado herido e inválido
luego de haber combatido en Vietnam. El prota-
gonista era la imagen misma del soldado
derrotado e ignorado por su pueblo, que sólo
encontró cariño y contención en la mujer que lo
ayudó a recuperarse de sus heridas. El 8 de abril
se inició la segunda semana de exhibición triunfal
y sin cortes, como anunciaba la publicidad.
El 2 de abril a la madrugada se produjo el
desembarco. El ex gobernador sanjuanino
Américo García estuvo entre los primeros en
visitar el archipiélago invitado por las autoridades
mi-litares. Ese mismo día, luego de conocerse la
noticia, se concretó un importante acto de
adhesión en el estadio cerrado del Parque de
Mayo. Fue numerosa la presencia de público.
Hacía poco que se había permitido una incipiente
actividad política y junto al gobernador Leopoldo
Bravo estuvieron presentes por el Partido
Justicialista, Eloy Camus; por la Unión Cívica
Radical, Martín Riveros; por Cruzada
Renovadora, Alfredo Avelín; por el Movimiento de
Integración y Desarrollo Jorge Rovira; por el
Frente de Liberación 12 de Mayo, Jorge
Clemenceau, además de la presencia de
monseñor Italo Severino Distéfano, y otros. No
faltó nadie. El entusiasmo y solidaridad fueron
desbordantes.
La jugada del gobierno militar parecía
impecable. Había tomado la iniciativa y el
conjunto de la clase política quedaba obligado a
apoyarlo debido a la popularidad de la causa.
Los primeros días las noticias, que luego se
revelarían de consecuencias fatales, se
publicaban sin mayor inconveniente junto con
aquellas que eran meras manipulaciones o
intoxicaciones publicitarias. Con el correr del
tiempo sólo quedaron estas últimas. Los medios
de prensa no tenían más remedio que reflejarlas
sin poder hacer ningún tipo de comentario crítico.
Si lo hacían podía equivaler, en el mejor de los
casos, al cierre del periódico. La desinformación
se hizo cada vez más fuerte y no había ninguna
posibilidad de contrarrestarla. La falta de libertad
de prensa era evidente. Se publicaba lo que
enviaban las agencias noticiosas del gobierno.
En este marco, el 3 de abril, Diario de Cuyo
(del cual se ha extractado el conjunto de titulares)
destacó en tapa: “Argentina recuperó las islas
Malvinas. Masivas demostraciones de adhesión
en todo el país”. “En Catamarca el gobernador
Arnoldo Castillo declaró: ‘Es el día más glorioso
del siglo’.”
El domingo 4 se publicó un artículo de agencia
nacional señalando que “Es muy difícil sino
imposible un contraataque de Inglaterra”. Y en
contratapa se reseñaba “con problemas casi
insolubles zarpó ayer la flota británica. Serios
inconvenientes para el abastecimiento de la
Armada Real”. También en la misma edición pero
en titulares más pequeños había dos anuncios
significativos, “Condenó Francia la acción
argentina en las Malvinas. El premier Mauroy la
calificó como un acto de guerra”. Y el más
pequeño todavía “Canadá retiró su embajador”.
El lunes 5 de abril comenzaron a publicarse
adhesiones, de la Cámara Junior, de ex
legisladores, de la Asociación de Maestros de la
provincia, de la Asociación Amigos de la Casa
Natal de Sarmiento y posteriormente muchas
otras más que, en una seguidilla interminable,
cubrieron la totalidad del espectro social de la
provincia.
El día 8 el diario reflejó una síntesis de la
conferencia que el Dr. Ricardo Colombo había
realizado en la facultad de Ciencias Sociales.
Sostuvo que “recién ha empezado la hora de la
diplomacia en el conflicto planteado en torno a la
recuperacion de las islas Malvinas por nuestro
país”. Recordó que “los sucesos desde 1960
marcan una favorable evolución de la conciencia
internacional en el reconocimiento de los derechos
argentinos. En ese entonces nuestra diplomacia
planteó la cuestión ante las Naciones Unidas,
obteniendo pleno respaldo del organismo que
resolvió invitar a las partes a iniciar tratativas
bilaterales que conduzcan a la devolución del
territorio usurpado” y que “en 1965, el citado foro
internacional formuló una severa advertencia a
Gran Bretaña por no haber aplicado el criterio de
negociar”.
Dentro de tanto exitismo surgió esta voz refle-
xiva pues privilegió el camino diplomático. El único
que podía reportarle alguna forma de salida razo-
nable al país.
El sábado 10 se realizó una imponente
manifestación popular en plaza de Mayo donde el
pre-sidente Galtieri pronunció el célebre “Si
quieren venir, que vengan, que les presentaremos
batalla”, cortando toda posibilidad al trabajo
diplomático. Ese mismo día se realizó en San
Juan una nueva concentración en concordancia
con la que se hacía en Buenos Aires.
Pocos días después, y de regreso de un viaje
a la Capital, el gobernador Leopoldo Bravo
declaró que estuvo en la Cancillería “para conocer
las últimas novedades relacionadas con los
buenos oficios del secretario de Estado de
Norteamérica” y señaló al respecto que “existe
gran
preocupación
en
las
esferas
gubernamentales por el curso de las tratativas”,
pero advirtió también que “el clima es de gran
confianza, optimismo y fe en las acciones
emprendidas al respecto por las autoridades
nacionales, en el sentido de que todo ello está
respaldado en lo afirmado por el presidente de la
República en la oportunidad de la concentración
en plaza de Mayo, es decir que la soberanía y la
presencia argentina en las islas, no es motivo de
negociación”…
Finalmente advirtió que, “no obstante esta
confianza y optimismo en el éxito de las
negociaciones, hay que estar preparados por si
esta mo-deración y prudencia del país no es
comprendida, sobre todo por EE.UU., con el fin de
respaldar con firmeza la acción que hará nuestro
L
Según datos que
publicó el ministerio de
Defensa en 1986,
había 12.186 veteranos
de guerra de Malvinas
correspondientes a las
clases 1961, 62 y 63. O
sea que fueron chicos
de entre 19 y 23 años
que fueron enviados al
teatro de operaciones.
De ellos, 299 resultaron
muertos, 1062 fueron
heridos en combate y
37 resultaron con
discapacidades que
superaban el 66 por
ciento y 233 con
d i s c a p a c i d a d e s
menores al 66 por
Tapa con la que El Nuevo Diario publicó el testimonio de un sobreviviente
sanjuanino del crucero General Belgrano, Hugo Perea.
LOS
JOVENES
DE LA
GUERRA