Los gobernadores de mi memoria
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sólo sos un pendejo que recién empieza! ¡Nunca más te voy a invitar
a nada!
Acepto que no soy muy diplomático cuando me atacan y que la comu-
nicación telefónica terminó cuando pude hacerme escuchar.
—Doctor Bravo, váyase a la….
El caso es que una semana después el diario me manda al aeropuerto
para hacer una nota a Bravo, que regresaba de Buenos Aires. Como
nunca quise que las situaciones personales afectaran mi trabajo profe-
sional, fui.
Íntimamente pensaba que me esperaba una mañana no muy placentera
pues seguramente Bravo no habría olvidado mi puteada.
Sin embargo el político estuvo muy atento y al finalizar la nota me dijo:
—Quisiera charlar con vos un tema. ¿Podes acompañarme en mi auto?
Acepté mientras el fotógrafo regresaba en el coche del diario.
La sorpresa fue cuando Bravo moviendo parsimoniosamente la cabeza,
mientras entrecerraba los ojos y transmitía esa imagen de barco en-
trando a puerto, me dijo con su voz impostada:
—Mirá Bataller, ya me había contado tu suegra de tu personalidad.
Pero te voy a decir algo… Así deben ser los hombres. Estoy podrido
de los obsecuentes porque siempre quieren sacarte algo. Me gusta que
hayas hecho valer tus posiciones…
Bravo y las Naciones Unidas
Una segunda anécdota personal tuvo su origen cuando Bravo fue de-
signado embajador en Italia. En ese tiempo -1.981- yo era corresponsal
de Clarín en Europa con sede en Roma y recibo la llamada desde Moscú.
Tras el famoso “mucho gusto” inconfundible, don Leopoldo me dice
que ha sido designado embajador en Italia y que deja Moscú. Me anti-
cipa que a la semana siguiente llegará con su familia a Venecia y que
deseaba que comiéramos juntos.
Llegó Bravo y fuimos a comer a uno de los mejores restaurantes. Como
me había pedido que le presentara algunos periodistas recuerdo que in-
vité a Rolando Riviere, corresponsal de La Nación. En ese almuerzo
Bravo demostró todos los conocimientos mundanos y el brillo que le
había dado la diplomacia.
Pidió langostas, eligió uno de los mejores vinos italianos, fue muy