Juan Carlos Bataller
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Anécdotas de la política sanjuanina
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negocios con los boticarios compartiendo las ganancias de
los remedios-,
tronaba Cantoni.
El caso, como dijimos, llegó a la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, llevado por la Asociación Médica.
Y la Corte
falló en contra del impuesto, al considerarlo inconstitucional.
No obstante,
mucho tiempo pasó entre la sanción de la paten-
te y la anulación.
Mientras tanto, de los 56 médicos que
había en San Juan,
19 cerraron sus consultorios y se fueron
de la provincia, 16 los cerraron pero se quedaron, tres
pagaron la patente y 12
–todos bloquistas-
se acogieron a
la cláusula que les obligaba a trabajar gratis en el
Hospital Rawson.
los métodos de modestino
A
Cantoni lo acusaban de ser bárbaro pero lo cierto es que
en aquellos años nadie se andaba con chiquitas:
“todos
somos angelitos en este país”,
decía don Fico, dando a enten-
der que no había
“niños de pecho”
en la política.
El colmo de la manipulación política fue la intervención de
Modestino Pizarro, un interventor radical que Hipólito
Yrigoyen envió en 1928.
El 2 de marzo de 1930 hubo comicios para elegir tres diputa-
dos nacionales. La cantidad de votos fraudulenta fue tanta que
el hasta ese momento el minúsculo Partido
radical obtuvo 22.670 votos contra 2.885 de
la fuerte Unión Cívica Radical Bloquista
que salió segunda.
El sábado en la noche la policía de Pizarro
salió a recorrer las calles. Cuando
veían venir a un hombre caminando
sólo, desde el camión se escuchaba el
grito:
—¡Viva Cantoni, carajo!
Y el pobre caminante no podía dejar
de compartir la expresión de adhe-
sión:
—¡Viva!—
respondía.
Inmediatamente paraban el camión y
detenían al cantonista, al que le sacaban
el documento. Resultado, en lugar de un
voto para el cantonismo era uno para los
radicales.
(Esta anécdota ha sido
referida por varias personas)