Juan Carlos Bataller
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Anécdotas de la política sanjuanina
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ro Juan Meglioli, que también muriera en el atentado.
Pocas personas estuvieron presentes en el acto:
El doctor
Eugenio R. Doncel,
un médico de cuarenta años,
casado, domiciliado en calle Rawson 832.
El doctor
Carlos Albarracín Godoy,
de veintisiete años, sol-
tero, domiciliado en calle Mitre 645. También se encontraban
los doctores
Américo Devoto y Alejandro Quiroga
Garramuño,
este último médico de la Policía.
Un quinto médico presenciaba la autopsia, el doctor
Jorge
Aubone.
las heridas
L
as heridas encontradas por los médicos en el cuerpo de
Jones fueron las siguientes:
En el cuello, una herida penetrante de bala de Winchester.
Por encima de la anterior, otra herida de bala que salía por
la nuca, la cual al parecer se produjo después de muerto.
En la nuca, otra herida de Winchester que se encuentra en la
parte media del hombro a ras del pelo.
En la raíz del cuello, del lado derecho, otra herida de bala.
En la espalda, sobre el lado derecho, una herida de
Winchester.
En el omóplato derecho herida de Winchester.
Del lado izquierdo, sobre el omóplato, también otra herida
de bala.
A igual altura, otra herida de bala que atraviesa de adelante
hacia atrás.
En el brazo izquierdo, una herida de bala recibida desde atrás.
Ambos brazos estaban quebrados a consecuencias de las heridas.
El hombro derecho presentaba una herida producida por un
fragmento de proyectil.
En el pecho, del lado derecho, tenía otra herida de bala.
La región del hígado por delante de la piel se notaba machucada.
La región de los riñones del lado izquierdo presentaba dos
agujeros de bala.
En la parte alta de la cabeza había otra herida.
En el costado derecho una enorme herida desgarrada, de
más o menos 15 centímetros de diámetro.
Se encontraban rotas las costillas, dejando al descubierto el
hígado, los músculos estaban quemados, dejando al descubier-
to las vísceras internas.
El pabellón de la oreja derecha estaba cortado con instru-
mento cortante.
las heridas mortales
E
l informe señaló también que salvo la sección del pabellón
de la oreja y el proyectil de cuello que produjo una herida
exangüe, todas las demás heridas fueron producidas durante la
vida del gobernador y le ocasionaron la muerte.
La herida causante de la muerte fue la de la nuca, que fracturó
la columna cervical vertebral.
También habrían causado la muerte las heridas producidas por
la bomba explosiva y el tiro de Winchester que bandeó el
hemitorax derecho de atrás hacia adelante, como asimismo los
de revolver del hemitorax izquierdo, región dorsal y de la
región lumbar del mismo lado.
Aparentemente el gobernador recibió dos heridas inicialmente: la
de Winchester, que fue mortal y la de Mauser de extrema grave-
dad pues hubiera traído serios trastornos de funcionamiento del
brazo izquierdo en caso de no complicarse y por la infección
lógica, osteomítitis muy grave que, como fenómenos de infec-
ción pudieran también haber producido una muerte mediata.
La autopsia de Meglioli se realizó el lunes 21, a las 10, en el