Juan Carlos Bataller
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Anécdotas de la política sanjuanina
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la langosta mendocina
A
las intervenciones —que fueron muchas— que soportó
San Juan a lo largo de su historia, se las llamó “langostas
federales” pues arrasaban con todo.
Pero no sólo hubo “langostas federales”, también hubo una
mendocina.
Llegó el 22 de septiembre de 1941 y, afortunadamente, duró
poco; 44 días más tarde —el 6 de noviembre— ya se volvió
para sus pagos mendocinos.
Raffo de la Reta, se llamaba el hombre y era conservador.
Venía enviado por el presidente del Castillo, sucediendo a otro
interventor, Pérez Virasoro que estuvo dos años en San Juan y
que fue un hombre ordenado, apolítico y buen administrador.
Como que dejó las arcas provinciales con dinero.
Pero llegó Raffo de la Reta y todo cambió.
Para empezar, se trajo de Mendoza a dos ministros: Guillermo
J. Cano y Alberto A. Day. A partir de ahí comenzó a designar
mendocinos en el resto de su equipo. Dicen que hasta obreros
de Vialidad se trajo de Mendoza.
En pocas semanas agotó las reservas del presupuesto, renunció
y muy orondo volvió a su Mendoza natal, donde asumió su
papel de “restaurador de la pureza del sufragio en Cuyo”.
La voraz langosta —una más— había pasado.
cuando san juan
se quedó sin médicos
E
n 1927 se desencadenó en San Juan una verdadera “gue-
rra” entre el gobierno, ejercido por Aldo Cantoni y los
médicos.
Los médicos nunca se habían llevado muy bien con los herma-
nos Cantoni que, decían, utilizaban su profesión para hacer
política y por eso atendían gratis y regalaban los medicamen-
tos.
Y éstos –los tres eran médicos- tampoco perdían oportunidad
de despotricar contra sus colegas, a los que consideraban
“comerciantes de la salud”.
Aldo
Cantoni