Juan Carlos Bataller
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Anécdotas de la política sanjuanina
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la langosta federal
P
residente del Senado (Elpidio González)
—A raíz del despacho de la comisión de Negocios
Constitucionales, al tratar la intervención de la provincia de
San Juan, en la 28 reunión, continuación de la sesión ordinaria
del 23 de julio de 1925, habla el senador Aldo Cantoni.
—Senador Cantoni:
Días pasados, señor presidente, fui invitado por un empleado
de la Cámara, en nombre de la Comisión de Negocios
Constitucionales a que expresara mis ideas con respecto a la
publicación de antecedentes que obraban en la carpeta que
tenía dicha comisión, carpeta que guardaba todos los concretos
y los valiosos documentos que, autorizaban a sostener por
parte de esa comisión, la necesidad de allanar la autonomía de
la provincia de San Juan.
Yo le expresé a ese empleado que me parecía interesante que
se publicasen todos los antecedentes que había en esa carpeta
en un pequeño volumen que hubiera servido como el más per-
fecto manual para trabajar artificialmente intervenciones a los
Estados Autónomos de nuestra República.
Hubiera sido el más perfecto manual para que los holgazanes,
para que todos los desocupados que hay en el país y los que
aspiran a situaciones públicas sin contar con el concurso de la
masa popular, pudieran emplearse en una de esas intervencio-
nes que en el lenguaje picaresco de nuestras provincias, se
llama y se las clasifica con el nombre de “langosta federal”.
Algunos de esos quizás hayan concurrido a esta sesión y estén
en la barra para aplaudir la sanción del proyecto de interven-
ción, en la esperanza de que será enviada.
Ya vamos a entrar en la primavera, luego viene el verano. San
Juan tiene un clima espléndido, unas montañas preciosas, unos
baños de aguas clarísimas,
madura la fruta, la uva, etc.
Se hace muy cómodo pasar un veranito en San Juan. Ello esti-
mula a todos esos postulantes a trabajar para ir con la interven-
ción nacional. Consiguen el puestito, se dirigen a la provincia
estos “empresarios” de intervenciones federales y una vez que
se instalan se presentan los intereses creados: un verano es
poco para pasarlo con la familia a costa del erario nacional o
del presupuesto de la provincia. Hay que pasar otros dos vera-
nos. Y así, las intervenciones se eternizan.
Por eso, con la publicación de este manual, quería brindarle la
oportunidad a este gremio de empleados aptos para interven-
ciones nacionales que constituya en Buenos Aires una agencia
para tramitar profesionalmente intervenciones a las provincias
argentinas.