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San Juan
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llaron sistemas de comunicación con otros lugares.
Ahí está el ejemplo de los fenicios.
Poblada desde principios del III mi-
lenio a. C. por semitas cananeos, la Fenicia histórica se extendía sobre
una estrecha franja costera de 40 km. Su suelo montañoso y poco apto
para la agricultura (aunque se esforzaron por sacarle provecho), orientó
a sus habitantes hacia las actividades marítimas. Los fenicios fueron los
grandes mercaderes de la antigüedad. La geografía de sus costas, que
propiciaba la instalación de puertos y la madera de sus bosques les brin-
daban los elementos básicos para construir barcos y organizar compa-
ñías de navegación.
En cierta medida consiguieron establecer un “gobierno de los mares”
que les permitió controlar comercialmente el Mediterráneo. Los viajes
fenicios establecieron nexos perdurables entre el Mediterráneo oriental
y el occidental, no solo comerciales; también culturales.
En América lo vimos con los incas
cuyo poder imperial se basaba en
una organización colectivista de la sociedad: a cambio de la obligación
de sustentar a sus súbditos, el inca imponía a éstos el deber de trabajar
en la construcción de obras de regadío, edificios públicos, puentes, tú-
neles y una extensa red de carreteras. Así es como podemos ver aun hue-
llas de lo que fueron los caminos del inca.
Los mayas también hicieron un culto del transporte marítimo.
Sus em-
barcaciones más tempranas tenían como base el remo y carecían de la
vela. Con estas primeras embarcaciones podían transportar de veinte a
cuarenta personas, incluyendo sus mercancías. Existen evidencias de
que arribaron a las tierras de Honduras y es posible que hayan llegado
hasta Panamá.
España fue un imperio cuando se “conectó” con el nuevo mundo
a tra-
vés de sus navegantes. No sólo evangelizó y “civilizó” nuestra América
sino que también se llevó gran parte de sus riquezas.
San Juan, en cambio, había optado por un modelo de desarrollo hacia
adentro.
En ese sentido se expresaban las luchas políticas intestinas.
Y también las obras que se encaraban.
Es en esta época cuando comienza la preocupación por los temas urba-