E
l área de salud pública ha
estado signada todos
estos años por fuertes en-
frentamientos entre los actores,
gran parte de los médicos y el mi-
nistro de Salud.
Con la llegada de Sánchez Hidalgo
al Ministerio de Salud Pública, llega
un nuevo estilo: diálogo, planificación
y el deseo de que el médico recu-
pere la dignidad. Castor Sán-
chez Hidalgo tiene 32
años de medicina hospi-
talaria. Es uno de los
más prestigiosos otorri-
nolaringólogos que hoy
tiene la provincia, pre-
sidió el 33º Congreso
Nacional de la espe-
cialidad el año pasado
en San Juan. A sus 56
años, Castor Sánchez
no pensó estar sen-
tado en el sillón de
ministro de Salud,
pero juró ayer. Invi-
tado al programa La
Ventana, este fue el
diálogo de Juan
Carlos Bataller con
el ministro.
—¿Cómo se cam-
bia la costumbre
de que la salud
pública solo fun-
ciona de ma-
ñana?
—Es una buena
pregunta y se
puede, todo se
puede, todo es el
paso a paso, la clave
es hacer una buena conjun-
ción entre la salud pública y la
privada. Siempre ha estado di-
vidida y hay que recordar que
la salud en San Juan es una
sola: todos los médicos viven
de la misma bolsa, sencilla-
mente porque el hospital es del
Estado pero a la Obra Social
Provincia también la maneja el
Estado. La mayor parte de los
ingresos de un médico, un 80
por ciento, responden a dineros
que provienen del Estado, de
manera que se puede. Ocurre
que siempre hubo una línea que
dividía de forma bien marcada la
salud pública y la privada.
—También hay una sensa-
ción de que hay una
salud pública, otra
que atiende la
OSP y otras
obras sociales
y otra que
atienden los
privados.
—Estamos estu-
Viernes 11 de diciembre de 2015
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CASTOR SÁNCHEZ HIDALGO, MINISTRO DE SALUD
Hay que recordar
que la salud en
San Juan es una
sola: todos los
médicos viven de
la misma bolsa,
sencillamente
porque el hospital
es del Estado
pero a la Obra
Social Provincia
también la maneja
el Estado
“
”
“La crisis no es
de la escuela, es
de la sociedad”
“
”
La relación con el sindicato médico, el
hospital de autogestión, capacitación mé-
dica, la salud pública que se viene y su re-
lación con la salud privada. Una nota a
fondo con el hombre que quiere cambiarle
la cara al sistema de salud en San Juan.
diándolo. Hay un plan para que se com-
plementen lo público y lo privado. El
equipo que hemos constituido está estu-
diando eso. Por ejemplo, los dos hospita-
les concentran la mayor cantidad de
consultas, estamos desaprovechando
áreas puntuales. El hospital de Pocito
hoy funciona ni siquiera a media má-
quina, tiene 5 mil metros cuadrados, 50
camas, quirófano y recurso humano, al
igual que el hospital de Albardón. Quere-
mos terminar con muchas cosas que hoy
la gente las sufre.
—En Europa el médico de hospital es
uno, el de la obra social otro y el pri-
vado otro, acá se entremezcla todo.
—Es verdad y es un tema complicado
pero tiene solución.
—Da la sensación que algunos médi-
cos trabajan con más fuerza en la
parte privada para conseguir esos ex-
tras porque en la pública ya tiene el
sueldo asegurado.
—También hay que pensar que esto se
complementa de otra forma, no todo es
el dinero, también existe la dignidad y
hay que apuntar a recuperar la dignidad
médica. Esto se logra, por ejemplo, ofre-
ciendo una capacitación. La posibilidad
de una jerarquización, que creo que po-
niendo la ley de concurso en marcha, po-
demos jerarquizar los servicios. Yo
vengo de una época en la que en el hos-
pital daban ganas de ir a trabajar porque
te daba mucho, desde camaradería, es-
tudio, ateneos.
—¿Cómo era eso?
—Siempre cada servicio se refugiaba en
la figura de una persona, la figura del
jefe de servicio era alguien que llegaba
por competencia, por méritos propios.
Los varones de la medicina en Italia son
los médicos de hospital. En muchos lu-
gares del mundo es ser un honor y una
jerarquía ser parte del hospital público.
—¿A qué apunta cuando habla de je-
rarquizar y demás?
—En nuestro proyecto pretendemos una
integración, que la salud pública esté in-
tegrada con la Universidad y con la es-
cuela. La educación para la salud es
clave.
—Es clave la prevención, ayuda a ge-
nerar un ahorro.
—Dentro de poco tiempo será nuestro
estandarte, en nuestra gestión la medi-
cina preventiva será nuestra bandera.
Prevenir no es avisar, es educar, hay
que educar para prevenir y es un trabajo
muy fino que debe hacerse desde la es-
cuela. Lo hablaba con el ministro de
Educación y le decía que íbamos a tra-
bajar juntos. Hay que aprovechar el re-
curso humano.
—¿Qué es el hospital Rawson?. No
se define si está para atender un sim-
ple resfrío o para casos complejos.
—Es un hospital de tercer nivel, de alta
complejidad, que resuelve problemas
que no se resuelven con la atención pri-
maria. El Rawson es un modelo de hos-
pital en el país. El año pasado presidí el
congreso argentino de mi especialidad,
otorrinolaringología. Vinieron mil invita-
dos, muchos de ellos extranjeros. Tuvi-
mos la posibilidad de hacer cirugías en
el hospital, los extranjeros no podían
creer que tuviéramos el hospital que te-
nemos, los colegas del resto del país
estaban admirados. Y con eso, todas las
cosas buenas que se pueden hacer.
—¿Cómo se resuelve el tema de un
paciente que espera una prótesis du-
rante veinte días, que no está para
estar internado pero ocupa cama
para no perder turno de la operación?
—La prótesis debe llegar a la persona
con el nombre de ella, lo estamos estu-
diando con la Obra Social, queremos
ahorrar.
—Existe el criterio de que la salud pú-
blica es para la gente de menos re-
cursos y por ende no se busca la
excelencia.
—La calidad y la excelencia son un pa-
radigma, lo vamos a recuperar cuando
recuperemos la dignidad el médico. Hay
de todo.
—¿Cómo será la relación con el sin-
dicato médico?
“No me siento patrón,
con los médicos somos pares”